CAPITULO XVI. En que prosigue el cacique su principiada narracion, y se moralizan algunas razones antecedentes. Sin prevencion militar dijo el cacique que estaban a rienda suelta durmiendo nuestros soldados, y siendo esto así, no es de maravillarse que se hallasen indefensos y asaltados de repente: justo castigo y bien merecido al príncipe superior que a todas velas se entrega al sueño y al reposo, estando en militares ejercicios ocupado. Advirtiéronlo prudentes los antiguos, y un moderno doctor dijo, que no le era conveniente al príncipe que gobierna, dormir toda la noche sin cuidado; por lo cual advirtió Polibio en el libro 3.0, que el gran capitan Anníbal velaba las noches enteras, de adonde tomó ocasion Silio cantar el siguiente verso: Noctemque vigil ducebat in armis. Y Maron celebra al troyano de vijilante y cuidadoso en la campaña: Per noctem plurima volvens. Enseña el gran capitan A los soldados constantes Ser sin dormir vijilantes, Que así seguros estan; Y el troyano con afan Se muestra estar desvelado, Dando vueltas al cuidado En las noches de tormenta, Que así el jeneral alienta Al mas mínimo soldado. sta der El estar cuidadosos y en contínua vela, a los que rijen y gobiernan toca derechamente, si a la obligacion de sus oficios quieren ajustarse. Enseñólo así aquel gran maestro y profeta Elías a su amado discípulo Eliseo; pídele encarecidamente dos spíritus a Elías como el suyo, habiendo de quedar en su lugar gobernando el pueblo israelítico; que para imitar a un gran prelado y suplir la falta de un gobernador atento, justo y santo, no es suficiente el spíritu sencillo, y así le pide dos a su maestro: a quien responde el profeta las siguientes palabras: si me vieres cuando sea apartado de tu presencia, se te concederá lo que pides. Como si dijiese: a mí me subcedes en el majisterio y en el oficio que administro, y el necesario spíritu tendrás conforme a lo que deseas, si al partirme de tí estuvieres cuidadoso y vijilante. Es pensamiento de San Crisóstomo en la exposicion de los Hechos Apóstólicos no se da la gracia (dice), ni el favor se comunica, sino es al que se desvela; por lo cual advirtió San Clemente Alejandrino, que el sueño no habia de ser para total descanso del cuerpo, sino tan sola-
