filisteos mientras se abstuvo de los vicios de la gula y deshonestidad, como lo notó San Basilio? Cuando Samson (dice este santo) era abstinente y castigaba su cuerpo con ayunos y vijilias, de mil en mil postraba por el suelo y dejaba sin vidas a sus enemigos, las puertas de la ciudad mas fuertes y robustas con facilidad las derribaba y hacia pedazos, y despedazaba leones sin que pudiesen contrastar valerosos con sus fuerzas; mas, despues que se entregó al torpe vicio de la deshonestidad, de la gula y embriaguez, perdió las fuerzas totalmente, y despojado de sus vitales luces, fué risa y ludibrio de sus enemigos. Así prosiguió este citado santo. 10 Tambien industrian al soldado estos jentiles, y le enseñan prudentes a que en el comer sea moderado, sobrio y abstinente, pues aunque el viaje sea de quince o veinte dias, no llevan mas sustento ni matalotaje, que la taleguilla de harina tostada; y la razon que dan para este ayuno y moderado sustento (demas de aliviarse de embarazos) es decir que el demasiado comer los hace flojos, perezosos y dados al sueño; y miéntras continúan la guerra, solo con un puño de harina echada en agua se sustentan, siendo así que cuando estan en sus casas sin el ejercicio de las armas, son tan grandes comedores en hallando la ocasion, que de una asentada despachan un carnero, sin dejar los menudos para otro dia. Pues, si estos bárbaros infieles solo con el natural discurso y sin la verdadera luz que profesamos, alcanzaron el útil y provecho que consigo trae el abstenerse de los voraces vicios de la carne y gula, si bien por diferente camino (aunque honesto), ¿por qué los que gozamos de la fee santa y conocimiento claro de lo eterno, le tenemos frustrado, y aun dormido, en lo que importa tanto, como es tener presentes los efectos que causan estos vicios? pues solo con el ayuno y abstinencias podemos desterrarlos de nosotros, tomando ejemplo de estos naturales, que para desechar de sí los de la flojedad, los del sueño y del descuido, comen poco, y para adquirir mayores fuerzas y mas vigor y aliento, se abstienen del vicio de la carnal concupiscencia.
CAPITULO XX.
Ha En que se alaba la templanza y el ayuno y se vitupera la gula, y se refieren algunos trabajos de los soldados de Chille. Betong Con la templanza en el comer y con el ayuno se atropellan los mas feroces enemigos del alma; díjolo San Leon en las siguientes palabras, bien pensadas: como por la continencia todos los mas vicios se destruyen y aniquilan, ¿quién no entiende ni alcanza lo mucho que por el ayuno se nos comunica, quitando de nosotros la insaciable sed de la avaricia, la ambicion de la soberbia y la concupiscencia de la lujuria, por medio de lo macizo y sólido de esta excelente virtud? Y San Juan Crisóstomo, ensalzando el ayuno y vituperando la gula y concupiscen-
