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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

dencia y temer avisados la justicia de Dios, que con amor de padre, con amenazas y castigos leves, ha solicitado y solicita nuestra enmienda; y como falta esta en el efecto, y se aumentan con exceso nuestras culpas, sin remediarlas por ningun camino, no será mucho que perezca Chille y con él los que le habitamos.

CAPITULO XXVIII.

De como se da a entender que las relaciones falsas que se hacen de este reino, no dan lugar a fomentarle los que pueden, y de la obligacion que tienen los superiores que gobiernan. Estas son las mejoras y aumentos que escritores falsos pudieran decir tiene el reino y sus fronteras, y no dar ocasion con relaciones falsas a que presuman los que pueden darles la mano y ocorrer con fervor sus necesidades, que ya no es necesario asistir cuidadosos al reparo del lastimado Chille; que verdaderamente puede causar hoi su peligroso estado mayores desvelos y cuidados a sus habitadores, y aun a toda nuestra monarquía grandes daños su pérdida total y su ruina, en que tendrán los reinos del Perú mui grande parte, y conocidos riesgos sus envios, de que pende la conservacion y aumentos de nuestra real corona, como lo siente el comun y los mas versados de estas costas. Y con ser esto infalible, cierto y verdadero, lo que vemos y experimentamos y sabemos por ciertas relaciones, es que no se hace caudal ni estimacion de lo que es este reino, hasta que su último fin y lastimoso acabamiento manifiesten las conveniencias que con él se tienen, que se han de llorar tarde sus menoscabos. Y no me puedo persuadir de ninguna suerte a que los informes verdaderos de las ruinas y menoscabos de estas fronteras lleguen como ellas son a la presencia de nuestro Rei y señor, y conforme las padecemos y toleramos sus leales vasallos, sin esperanzas de remedio, que es lo mas sensible y lo que causa mayor desconsuelo. Porque tengo por sin duda, que como tan justificado monarca, alicionado con el ejemplo y dotrina del supremo Rei y Señor nuestro, cuya relijion cristiana está debajo de su proteccion y amparo, habia de llevarle el alma y arrastrarle los sentidos la ovejuela perdida de su rebaño Chille, y hasta hallarla (esto es, hasta recuperar lo perdido) no habia de tener gusto ni contento; porque es obligacion precisa del que es buen pastor, poner la vida y el alma por la menor oveja de su rebaño, como lo dice el mesmo Pastor divino, y no tiene consuelo ni alegría miéntras no reduce al gremio lo perdido y entónces son los regocijos y el aplauso entre los amigos. El título y renombre de pastor viene mui ajustado a la réjia potestad, como lo ad virtió Homero, cuyo oficio es traer sobre sus cuestas las ovejas perdidas (esto es, sus vasallos humildes y mas necesitados). Enseñólo así J. C. S. N. por el profeta Isaías, cap. 9, diciendo que su principado lo puso sobre sus hombros, no debajo de los piés por no molestarle ni