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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

(digámoslo así), un Judas que lo vendió por treinta dineros. ¿Qué harán algunos a quienes ofrecen o pueden ofrecer treinta mill ducados? podrémos persuadirnos a que corra grande riesgo el crédito y opinion de un monarca, rei o gran señor a quien asisten tan copiosos consejos? No sé yo que pueda haber alguno que se atreva a imitar a Judas, pero vamos discurriendo en la materia. Los ministros superiores de sus reales consejos, ¿no estan obligados a desengañar a su rei y señor? no es el principal blanco a que deben encaminar las acciones, la sencilla verdad, sin rebozo ni interpretacion alguna? Es así, me dirán todos, y ¿quién puede poner duda en que los labios y lengua de los mas justificados y leales consejeros, de esta obligacion forzosa se desvíen? Mas, si hai alguno o algunos que pretenden perturbar al pastor y divertirle para que no cuide como debe del rebaño mas humilde, de la ovejuela que se le pierde (esto es, de un reino y sus provincias), y con informes falsos y siniestros quieren paliar los verdaderos y encubrirlos, para que S. R. M. no ponga el hombro a lo que es conveniente y necesario para el aumento y conservacion de sus reinos y de sus vasallos humily leales; ántes sí solicitan premios honorosos a los ministros mayores y menores desleales, que fueron causadores y principales fundamentos para sus menoscabos y pérdidas: ¿no serán éstos imitadores de Judas, que por el dinero que les ofrecen y otras dependencias que los cercan, venden a su rei y a su señor? Que venderle es engañarle, mentirle y solaparle las verdades, dando premios honorosos, o solicitándolos con efecto, para los que le han perdido sus provincias y sus vasallos, por haber sido ministros desatentos y superiores tiranos, habiendo de ser reputados y tenidos por voraces lobos, y castigados con rigor severo. Paréceme que no hai jénero de duda que imitarán a Judas los que se apropiaren este stilo de gobierno. des Ambiciosos tambien hallarémos en este colejio apostólico y escojido consejo de J. C., como lo muestra el glorioso coronista San Matheo. Llegó la madre de los hijos del Zebedeo con ellos a la presencia del celestial Rei y Señor, adorando y pidiendo (dice el texto). Achaque antiguo debe de ser sin duda el ser pedigüeñas las mujeres, pues a las primeras razones pidió ésta a N. S. un imposible, y aunque pidió la madre, fué conocida la intencion de los hijos, pues la respuesta fué a ellos rectamente encaminada: nescitis quid petatis. Manifiesta fué la ambicion de los hermanos Diego y Juan, a cuya causa se airaron contra ellos los demas discípulos, como lo dice San Márcos; y con la respuesta del divino Maestro queda declarada la intencion que mostraron, de tener el primer lugar entre los demas discípulos, pues les dice: no ha de ser así como vosotros lo pensais, que el que quisiere ser el mayor y tener el primer lugar, ha de ser el menor siervo y ministro de los demas. Paréceme que estan conocidos en este divino colejio dos ambiciosos de sillas y un Júdas traidor; ahora resta probar, inquirir y sacar en limpio, si entre estos escojidos de J.—C. se halló alguno que pareciese lisonjero. Estando Jesus nuestro Salvador con sus discípulos, manifestándoles