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HISTORIADORES DE CHILE.

discípulos y ministros de Cristo causó en sus corazones semejantes efectos, ¿qué podrémos presumir ni qué nos podrémos prometer de ministros y consejeros que no son discípulos de este Señor de cielos y tierra, faltándoles la cabeza? A que responderé, que lo que se ha reconocido y experimentado en estos remotos reinos por falta de nuestra universal cabeza, es que sus ciudades, repúblicas y provincias estan convertidas en ponzoñosas serpientes y feroces dragones, por las cabezas diversas con que se hallan, pues cuantos ministros consejeros las asisten, otras tantas cabezas las rijen y gobiernan, con sobra de letrados, receptores, porteros, alguaciles y abogados, que todos son cabezas que con hambrientas bocas chupan la sangre de los pobres vasallos de S. M., sin que puedan vivir en paz, quietud, ni sosiego, que miéntras mas jueces, mas letrados, mas ministros se aumentan en una república o reino, tantos mas pleitos y litijios se buscan, se recrecen y solicitan, por no ener mas chacras ni heredades, que las diferencias de los litigantes, ni cosechas mas seguras que los traslados a las partes. Con que se eternizan los pleitos y se hallan obscuros y intrincados los mas claros, porque no se ocupan en otro estudio los mas abogados que en buscar unas leyes contra otras, o las interpretaciones de autores varios, para obscurecer la verdad con apariencias y dilaciones, que llaman los letrados: que ha llegado a tal desdicha nuestro siglo, que se ha puesto en estampa el modo y el estilo de dilatar los pleitos, y se tiene por mejor letrado aquel que con razones y sofísticas palabras atropella y deshace la verdad mas clara. Con que algunos litigantes, viendo el pleito mal parado (como dicen) y que es mas lo que les cuesta, y el gasto que con abogados, procuradores y escribanos tienen, que el valor y provecho que puede importarles su litijio, se han reducido muchos a buen convenio y a pagar sin controversias el que debe, arrimándose al parecer y consejo que dió Marcial a Sexto, amigo suyo: abezpe oppo Et judex petit, petit et patronus: Solvas censeo, Sexte, creditori. Tengo por mas acertado, Sexto, que pagues primero Al que debes, tu dinero, Antes que darlo al letrado, Que éste pide adelantado, Y el escribano y el juez Piden ántes y despues Con voz melosa y suave; Y ántes que el pleito se acabe Te dejarán pez con pez. Tengo por mejor (le dice) que al acreedor pagues lo que le debes, ántes que con jueces, procuradores, abogados y escribanos gastes lo que no tienes. De esto sirven algunas audiencias, consejos y tribunales por mayor en las repúblicas pobres y limitados distritos, sin cabeza superior que los asista; con que es hoi mayor el número de ministros de jus-