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HISTORIADORES DE CHILE.

Por la mañana, al salir el sol, tenia Molbunante sus caballos ensillados, que eran el suyo, el de su compañero pariente de mi amo y el de su criado o confidente que le servia; a estas horas tenian ya las mujeres de Tureupillan, en tres fogones, dispuesto el almuerzo, que considerando la priesa de Molbunante, nos dieron de almorzar a aquellas horas, con los bríndis acostumbrados y abundantes; mas como el mensajero se hallaba con priesa y con grandes deseos de poner en libertad a su cuñado con la mayor brevedad que pudiese, se apresuró con el desayuno: que aun en esto nos industrian y enseñan estos bárbaros a tener de nuestros cautivos compasion y lástima, y a solicitar cuidadosos sus rescates, y apresurar con efecto su remedio. No sin grande fundamento pronuncio estas palabras, pues sacarémos de ellas a nuestro intento algunas consecuencias convenientes; y porque no parezca dilatarse el mensajero, démosle por despachado y con bien despedido de nosotros, y llevarémos adelante lo propuesto. Mui ciegos y ofuscados nos ha tenido Dios nuestros discursos, y vendados los ojos aun del alma, por nuestras culpas y pecados, pues entre tantas miserias y desdichas como las que habemos pasado en este jeneral alzamiento y total ruina de nuestras fronteras, no habemos podido desembarazar nuestros afectos de aquello que nos daña y perjudica, como es la cudicia insaciable que ha reinado y sujetado a los mas que quedaron con su caudal en pié y sin pérdida alguna de sus heredades y haciendas; en quienes parece faltó la caridad cristiana, pues desalmadamente nos desnudaron y aun la sangre nos bebieron a los que totalmente quedamos sin tener de que valernos, ni de que pudiésemos echar mano; vendiéndonos los bastimentos de pan, carne y vino a mas que a excesivos precios. Que si los diesen y ganasen solamente la mitad mas de lo que valer solian, parece que se pudiera tolerar el logro; pero el vino, que valia cuando mas a dos patacones y a doce reales alguno, venderlo a ocho patacones, ¿no es inhumanidad? el trigo y harina, que se vendia a veces a diez y doce reales, y a dos pesos lo corriente, vendérnoslo a ocho y a diez patacones, y a los principios del alzamiento haber habido ocasion en que se vendió el trigo hecho mote cocido en platillos, a mas de veinte y cuatro patacones la fanega, como en otra ocasion lo tengo significado, ¿ésta es caridad o tiranía? el carnero, cuando valia a tres y a cuatro reales, darlo por doce los que no tuvieron pérdida ni menoscabo alguno de sus haciendas, ¿qué dirémos de esto? if any Vamos a los cautivos, que es la materia que para estas ponderaciones nos abrió la puerta. ¿Qué dilijencias apretadas, ni qué solicitud forzosa habemos visto en los que pueden, para que salgan de trabajos y de la esclavitud en que se hallan tantos cristianos y miserables soldados? Lo que sé decir es que cuando se trata algun rescate y piden alguna pieza esclava en cambio de nuestros cristianos, si les costó cien patacones en conchabo, no la darán ménos que en trescientos pesos en reales a la parte que pretende la libertad de su dendo y pariente