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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

a bañarnos, allá nos encontrarémos. Con esto me fuí adelante, y dentro de breve rato llegaron los dos viejos a donde los aguardaba, y con un semblante risueño y amoroso me preguntaron, que qué era lo que les queria decir, que allí estaban dispuestos a mi gusto y a mi órden. Agradecíles el favor y la merced que me hacian con razones sumisas y corteses; luego les propuse mi reparo, diciéndoles lo siguiente. Cuanto a lo primero, les pregunté si estaban resueltos a enviarme con aquellos embajadores y mensajeros de Lemullanca, y me respondieron que sí, porque deseaban con extremo el que yo tuviese gusto, y se abreviasen los tratos de mi rescate, y pues aquellos caciques con acuerdo de Maulican y Llancareu enviaban por mí, que les parecia bien lo que tenian dispuesto y concertado; a que les salí al encuentro con decirles, que advirtiesen una cosa, que era lo que les diria. Entre los enemigos y en la guerra es mui asentada costumbre usar de fraudes y engañosas trazas para la consecucion de lo que desean los unos contra los otros, y no es vituperada accion, ántes sí permitida, aun entre nosotros los cristianos, que tenemos verdadera luz y conocimiento de Dios N. S., como lo aprueba el Abulense diciendo, que los enemigos contra sus enemigos pueden lícitamente solicitar por todos caminos el privarse de la vida los unos a los otros; que entre ellos no hai cosa que parezca ilícita y mal usada: y a este propósito cantó Virjilio los siguientes versos: Mutemus clypeos, Danaumque insignia nobis Aptemus dolus an virtus, quis in hoste requirat? Los escudos troquemos, Y las armas y insignias del contrario Con astucia mudemos, Para que el enemigo se halle vario; Que en él, ¿quién hai que entienda Hallar virtud o engaño que no ofenda? Y presupuesta esta verdad, les dije: amigos y camaradas, bien sabeis que ese cacique Lemullanca es la voz y el eco de los otros serranos guerreadores, y no habia de haberse trocado, ni ser de contrario parecer: esto lo uno, y lo otro que me pone en mayor cuidado para no dar crédito a sus finjidas razones, es el haber tenido mensaje particular de mi amo, con un pariente suyo que yo conozco, que vino en compañía del embajador Mollbunante, por quien se han principiado nuestros tratos; quien me significó y dijo, que Maulican decia, que yo corria ya por cuenta de Mollbunante por haber ajustado con él sus pagas, de que estaba satisfecho, en cuya conformidad no debia hacer cosa sin su órden y sin su acuerdo; y esto bien os consta a vosotros, caciques y camaradas, a quienes juntamente vino encaminado este mensaje. Pues venir ahora estos embajadores sin tener noticias de este trato y concierto que ha tenido Maulican mi amo con Mollbunante, quien es hoi lejítimo dueño de mis acciones, me da mucho que pensar; y aun-