mine tan desenfrenadamente a su fin último, cuando se quitan los premios a los que los tienen merecidos trabajando, y se comunican a los que los solicitan contribuyendo y adulando, que no es la menor causa de su total ruina y de la dilacion prolija de esta guerra. Muchos ejemplares pudiera traer para ponderar esta materia, que por haber sido algo dilatada, solo diré una ponderacion de Oleastro sobre el amor que tuvo Isaac a Esan, mas que a Jacob, siendo éste justo, y el otro malo. De admirar es con extremo (dice Oleastro) que entre padres y hijos enjendren amor los dones, y las dádivas lo aumenten, y las adulaciones lo conserven. Vamos ahora adelante con la accion de nuestro gran gobernador. Salimos para la iglesia catedral, y entrando por la puerta, hallamos al obispo con sus prebendados en el coro, y despues del evanjelio subió al púlpito un sacerdote que servia de notario, y dió principio a recitar el edito, encaminado solo a maltratar al cabildo, que no faltó mas que decir de los que lo asistian, sino que eran herejes idólatras; con que se determinó el gobernador a levantarse de su asiento, y habiéndole visto en pié los del cabildo, cojimos la delantera, y los demas caballeros a nuestra imitacion iban saliendo por la puerta con nosotros. Luego que el obispo vió nuestra determinacion, y que a mas andar íbamos saliendo todos de la iglesia, se levantó dando voces desde el coro bien altas y desmedidas, maldiciendo al pueblo y descomulgando a todos los que salian de la iglesia, y estando ya mui cerca del umbral nuestro presidente, y lo mas del cabildo fuera de sus límites, revolvió con mas que grande humildad y nos mandó volver a nuestros asientos, y con notable edificacion del comun concurso que le seguia, dijo estas palabras siguientes solamente esta accion con obediencia humilde vaya por Dios N. S., y en descuento de mis culpas y pecados; y con grande reverencia y sumision, se volvió a sentar en su lugar y a escuchar lo restante del edito. ¿No es bien digno de memoria este ejemplar subceso, y de grande alabanza esta subordinacion y respeto al prelado de la iglesia? Quién lo duda, y quién ignora que en un príncipe cristiano es mui propio este rendimiento a la santa iglesia nuestra madre? así nos lo enseña el capítulo 27 de los Números. Mandó Dios nombrar a Josué por príncipe y gobernador del pueblo hebreo, a quien de justicia y derecho se le debia el primer lugar en la veneracion y respeto; y con todo eso ordena el Rei de cielos y tierra que esté en la presencia del sacerdote Eleazaro en pié: y da la razon a nuestro intento Oleastro, y dice, que para que aprendan los reyes, príncipes y señores que gobiernan, a reconocer por superiores a los sacerdotes que representan la persona de Cristo S. N. Bien estudiada y entendida tenia esta doctrina nuestro gran gobernador don Martin de Mojica, por cuya causa en su tiempo florecieron y se poblaron las fronteras del enemigo, las repúblicas se aumentaron, la justicia y la razon tuvieron su lugar y conocido asiento, los poderosos y malos se atemorizaron, resollaron los pobres y humildes, y tuvieron padre y amparo los necesitados:
