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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

es la rueca, la aguja, ni la almohadilla! ¿Qué fué lo que dijo nuestro venerable viejo que redundaba de estar las hijas ociosas? El salirse de casa de sus padres con los primeros que encontraban, y el enjendrar pensamientos varios solicitando ponerlos en ejecucion: y si un bárbaro jentil de esta verdad infalible llega a tener conocimiento, ¿por qué los que tenemos reputacion cristiana y obligaciones diferentes, no advertiremos cuidadosos los daños que causa la libertad y el ocio? de quien dijo San Bernardo, que era una pestilencial bomba adonde se congregan y se juntan cuantos pensamientos inútiles y malos pueden imajinarse; que de la suerte que en una nave se agregan y recojen todas las aguas inmundas y asquerosas de ella, de la propia suerte, adonde reina este mal vicio de la ociosidad, en él se hallarán aunados y recojidos los vicios torpes, inmundos y feos. La última razon y consejo que me dió mi camarada, fué decirme: si tratareis de casaros y tener mujer que haya de ser a vuestro gusto, no la elijais niña si fuereis viejo, ni vieja si mozo: que eso quiso decir en buen romance, porque de la desigualdad no se puede hacer buen mixto. Encargóme tambien que no sustentase muchas mujeres, que gastaban la naturaleza, apresuraban las canas, debilitaban los miembros, quitaban las fuerzas y perturbaban los sentidos. Todo esto lo tienen bien advertido y ponderado los santos padres y doctores de la iglesia; que por no dilatarme en que es tan corriente, no referiré mas de lo que San Efren y San Inocencio papa nos insinúan; hablando el uno de la mujer que sujetó a Sanson, dijo: esta mujer abatió, consumió y venció, o llevó cautivo, aquel nazareno invicto. Y San Inocencio papa trae a la memoria algunos lugares sagrados, y acaba su período con las siguientes palabras: verdaderamente (dice) que es cierto y verdadero lo que se escribe y se lee, de que muchos incautos miserablemente han perecido y muerto por halagos engañosos de licenciosas mujeres, que solamente se encaminan estas a sus particulares intereses y temporales gustos; como parece que nos lo quiso dar a entender la mujer de Putíphar, que pareciendo de las mas finas enamoradas, vinieron a parar sus amartelos en dejar sin capa a Joseph, y en una cárcel postrado. Mas vivamente se reconoció esta verdad en Dalila, que luego que vió a Sanson raido y pelado, lo apartó de sí, y despreciándole se arrimó a los que le ofrecieron el dinero, como lo acostumbran las que tratan de ser mundanas. De maravillar es por cierto, que habiendo reconocido Sanson la malicia cautelosa y engañosa intencion de sus mujeres repetidas veces, le obligaron sus halagos y sus porfiadas lágrimas a manifestarles sus secretos; en que se verifican las razones de nuestro anciano discreto, que dijo, que perturbaban los sentidos y cegaban los entendimientos; por lo cual aconsejaba Ovidio, que no se sujetasen a mentidas lágrimas de mujeres, porque industriaban a los ojos y los enseñaban a derramar lágrimas en todos tiempos: Digitized by Google