TO NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUNAN. anolbitog 469 cos; saqué por un lado la cabeza, y apénas pude mirarla cuando con mas ahinco y mas cuidado parece que con la vista queria sacarme del oculto lugar en que me habia escondido; retiréme al instante para adentro, y por un resquicio o abertura del escaño, segunda vez puse los ojos que tasadamente con uno podia descubrirla, y de la misma suerte que si frente a frente estuviese en su presencia, hallaba sus divinos luceros en mí fijos. De aquí se orijinó la devocion fervorosa que a esta Santísima Seño-l ra del Pópulo tengo desde tan tiernos años como he significado; debajo de cuya proteccion y amparo he vivido seguro, atropellando infinitos trabajos y peligros de la vida en esta guerra. Quiera su divina clemencia librarme de los eternos, y darme su gracia para que acierte a encaminar mis pasos a lo que fuere de su mayor honra y gloria. ordoy pol Proseguí con mi oracion, diciendo que lo tercero que alentaba mi esperanza y a mis súplicas y ruegos prometia buen despacho, era la in-ao tercesion de María Santísima; de quien dijo San Anselmo, que mas presto y con mas velocidad conseguíamos el favor y ayuda, trayendo a la memoria el nombre inefable de esta gran Señora, que invocando el de J. C. S. N., y da la razon y dice: porque a J. C., nuestro Dios y Señor, como a recto Juez, le toca y pertenece el castigar nuestras culpas y pecados, y a la Vírjen Santísima el patrocinarnos, defendernos y amlos Lamion ami pararnos. Y el glorioso doctor San Bernardo insinuó estas siguientes palabras: nuestra peregrinacion lastimosa, triste y lamentable, envió una abogada de al cielo por delante que, como Madre de Jesus, recto y supremo Juez, yg que lo es tambien de suma misericordia, es sin duda que con eficacia grande tratará los negocios de nuestra salud y vida eterna. ¿Quién sel vale de este sagrado divino, que no experimente luego sus auxilios? Quién llega con necesidad, que de lo necesario no salga proveido? quién enfermo, sin salud? quién atribulado y triste, sin consuelo? y quién imposibilitado de remedio, que no le halle? Porque es la llave maestra que p abre las puertas de los tesoros del cielo sin saber cerrarlas, como Elias; de quien dijo San Crisóstomo, que abria por medio de la oracion las puer- ois tas celestiales y las cerraba tambien, y ántes las cerraba que las abria; pero vos, Reina de los ánjeles, no sabeis cerrarlas, sino es tenerlas de parb en par abiertas, como en este lugar lo dijo el doctor y gran maestrol Francisco de Mendoza hablando con la Vírjen Santísima: llave eres del cielo, celestial Señora (dice), con mejor y mayor derecho que el profeta Elías, no para que le cierres ni le ocultes, mas ántes para que le abras y manifiestes; no para que en la tierra esparzas iras, ántes sí para que derrames piedades y misericordias, que estas nos prometemos con efecto, porque está vuestro favor de nuestra parte; que vuestro amado hijo se avergonzará, sin duda, si os niega lo que pedis. Así lo dijo San Ambrosio en el lugar siguiente: CRI sur voip and Llegó la madre de los hijos del Zebedeo a pedir sillas para sus hijos y por repetidas instancias y súplicas de ellos, presumiendo que a la madre
