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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

CAPITULO XII.

oord En que se prosigue el baile, y de como me ví en grande peligro de faltar a la obligacion de cristiano; que arrimándome a la oracion mental, pude librarme de la ocasion apretada en que me ví. 475 Habiendo, pues, llegado al baile las mozas o las damas, me llamó Quilalebo repetidas veces, y Tureupillan mi huésped y Mollbunante me aconsejaban que fuese adonde me llamaba nuestro amigo; a que les respondí, que fuésemos juntos. No les pareció mal mi respuesta, con que dijeron a Quilalebo, que por qué no venian a brindarnos las ilchas, que así llaman a las mozas sueltas y sin dependencias, para que fuésemos a acompañarlas, que de esa suerte iríamos todos a festejarlas; ya en este tiempo venian algunas con sus jarros de chicha encaminadas para nosotros, y las detuvo Quilalebo diciéndolas, que aguardasen a su mujer y a su hija, que iban a brindar al capitan pichi Alvaro, y otras tres mozas sueltas, y llegaron a brindarnos a mí la señora con su hija, y las demas a mis compañeros, con que nos obligaron a levantar de nuestros asientos, despues de haber bebido y hecho la razon, y nos fuimos con ellas de las manos de la suerte que ellos lo acostumbran. Dejo otras circunstancias que pasaron, que por no dilatarme en lo que no es tan del caso, diré solamente que fué necesario valerme del favor y ayuda de Dios nuestro Señor, haciéndole lugar en mi pecho y corazon, porque el maligno spíritu no se apoderase dél, orando con el alma interiormente; que, segun San Crisóstomo, es la deprecacion mas poderosa cuando de lo íntimo della se llevan las voces al cielo; de esto me valí con esperanzas ciertas de alcanzar del Todopoderoso Señor lo que deseaba. Valíme tambien de la templanza, pues aunque bebia y comia, era con la abstinencia y moderacion que requeria el peligroso tiempo en que me hallaba; porque el demasiado comer y beber perturba los spíritus y enjendra lascivos pensamientos, a cuya causa aconsejó San Gregorio Nacianceno a la vírjen Olimpiada, efectuadas sus bodas, que no se diese al vino, ni su casa fuese continuada con convites ni pasatiempos, ausente su marido ni presente, para que así pudiese refrenar el vientre los movimientos y rabiosos ímpetus de la carne: bla Ne præsente viro, vel eodem absente, Lyaeo] Des operam, inque tuis agites convivia tectis: t Forte queat venter rabidos compescere motus Dum modico gaudet victu. Ausente o presente Elicio, Tu consorte verdadero, No des lugar al parlero Que en tu casa note el vicio Que trae consigo el bullicio De los festejos livianos; Refrena excesos mundanos Con sobriedad y templanza, Que de esa suerte se alcanza Victoria de impulsos vanos. queor to calline