tercero, que no les ha de durar el mando, ni han de gobernar para siempre, porque, como dijo Pedro Gregorio, el príncipe o gobernador hace un papel de comedia y una figura como de representante, que se viste de rei y a la noche deja la vestidura real y se queda como los demas. Y esto acontece mas propiamente en estos remotos reinos de las Indias, por estar dilatados y mas a lo largo de la presencia del Rei nuestro señor, adonde le usurpan la potestad que tiene, y en su asistencia y a su vista son unas figuras de comedia. Notólo así mi corto pensar sobre el capítulo de San Matheo que empieza: libro de la jeneracion de J. C. hijo de David etc.; y pregunto que por qué causa en este principio del capítulo nombra a David a se. cas, sin el título y renombre de rei, y mas abajo le llama dos veces rei diciendo: enjendró a David rei, y David rei a Salomon. Y segun lo que he pensado respondo: que en el principio está inmediato a Cristo Señor nuestro, y como es Rei supremo y Señor de todo lo criado, no puede ninguno en su presencia tener título de rei; use mui en hora buena de su potestad a lo largo, porque en estando a vistas del que lo puede y gobierna todo, no hai quien pueda parecer algo, ni con dominio levantado señorearse. Así les subcede a los que vienen a gobernar estos reinos de las Indias, que como están distantes de la real presencia, quieren ser mas que reyes absolutos los que con el mando se hinchan y ensoberbecen. Y en quedando sin el oficio y sin la superioridad, quedan hechos figuras; y los que de ántes con lisonjas y adulaciones los engrandecian y alababan sus acciones, son los primeros que los abominan y vituperan; por cuya causa los honores, las gracias y las glorias solo al supremo Rei y celestial Monarca son justamente debidas, como nos lo enseña el mismo Dios hombre en la respuesta que dió al que le llegó a preguntar: qué es lo que debia hacer para alcanzar la eterna vida, llamándole con título de Maestro bueno; a cuyas razones le responde: qué me preguntas de lo bueno? que solo Dios es uno y bueno; en cuyo lugar dijo Cayetano: respondió Cristo Señor nuestro estas razones para con su ejemplo doctrinarnos y enseñarnos, que las alabanzas y las glorias que a los hombres humanos nos comunicaren y sin atencion nos dieren, las volvamos a Dios y a su divina Providencia, como a causa principal y oríjen de todas nuestras acciones y dichas. Con esta consideracion mi compañero y yo alabamos y engrandecimos a nuestro Criador en medio de los gustos y placeres que teníamos, de la propia suerte que en nuestros trabajos y tribulaciones lo acostumbrábamos con ordinarias deprecaciones y ruegos; que para alcanzar lo que deseamos, nos manda que seamos contínuos y asistentes en pedirle, como lo muestra el texto sagrado por San Matheo, sobre cuyas palabras, las siguientes pronunció San Pedro Crisólogo, respondiendo a la dificultad que puso en poder llamar a las puertas del cielo y pulsar sus divinos secretos, diciendo: que de qué suerte o de qué modo podemos dar golpes en sus celestiales puertas. ¿Sabeis cómo? dice este santo: continuando los ruegos y una y muchas veces suplicando,
