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HISTORIADORES DE CHILE.

do con el cura y vicario de aquella plaza, que a la puerta salia a recebirme, nos fuimos todos juntos a la iglesia, adonde con rendidos corazones alabamos a nuestro Dios y Señor, y le dimos infinitas gracias, cantando las letanías a la Vírjen Santísima y otras devotas oraciones, y yo postrado en aquel sagrado suelo repetí algunos versos del santo profeta rei, agradecido a tamaños beneficios, diciendo: ¿con qué podré recompensar tantos favores, tantas mercedes, y tan grandes misericordias como las que ha usado liberal conmigo el Señor de cielos y tierra? No puedo hallar retribucion mas ajustada que la que insinuó en este lugar el glorioso doctor San Gerónimo: esta sola es digna recompensa (dijo), derramar nuestra sangre por la sangre de Cristo, y por nuestro Redemptor morir de buena gana. Dispuesto me hallo, Señor (dije con todo afecto), a daros mi vida y verter mi sangre por la vuestra; porque me libraste de patentes peligros, porque rompiste los lazos y cadenas de mi cárcel, te ofrezco sacrificios de alabanza. Allí besé la tierra, abracé los postes de la iglesia, y en los umbrales o gradas del altar, puse los lábios y la cabeza en tierra várias veces, considerando ser mas conveniente y lícito hacer en el templo del verdadero Dios estas rendidas acciones, que a los ídolos falsos a quienes adoraban los antiguos con semejantes demostraciones y ritos: así lo notó Virjilio de las troyanas mujeres con estas medidas letras: Tectis ingentibus errant Amplexeque tenent postes atque oscula figunt. 201ledan Y no tan solamente abrazaban los postes y los besaban, sino tambien se herian y lastimaban las cabezas en ellos; así lo dijo Tibulo: Non ego si merui dubitem procumbere templis, Et dare sacratis oscula liminibus; Non ego telurem dubitem perrepere suplex, Et miserum sancto tundere poste caput. Los postes abrazaban De sus templos los bárbaros contritos, Y sus labios besaban Los umbrales juzgándolos benditos, Y en sus quicios sagrados Las cabezas se herian humillados. Despues de haber dado gracias a Dios N. S., me dijo el capita y cabo de aquel fuerte, que fuésemos a su casa a mudar de traje y vetiduras, y a almorzar un bocado en el entretanto que llegaba el maio dia; a que le respondí, que con su licencia no habia de salir del temlo sin oir misa, que es lo que mas deseaba por haber muchos dias que arecia de tan gran consuelo. Pues digámosla luego, dijo el vicario, y ge seria por mi intencion cantada. Agradecíle la oferta, y le rogué que fese de la Vírjen Santísima la misa y con conmemoracion al santo de aqul