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HISTORIADORES DE CHILE.

con mi feliz rescate y mas que dichosa suerte, y supliqué con amoroso ruego que suspendiese el regalo que me hacia, hasta que llegase el mediodía, porque de derecho y de justicia me tocaba y pertenecia ayunar la vijilia del señor y glorioso santo apóstol San Andres, cuya devocion y la del gran mártir San Saturnino seria perpétua en mi alma, y como mas bien pudiese celebrados sus dias, en memoria del placer que en el dia del uno y vísperas del otro habia tenido. Sea mui en hora buena, dijo el capitan, haciéndome dueño de su casa, y que como tal mandase en ella y dispusiese todo lo que fuere de mi gusto; porque le corrian muchas obligaciones de servirme por hijo del maestro de campo jeneral Alvaro Nuñez de Pineda, cuyo soldado habia sido, en cuya escuela doctrinado, y debajo de sus militares órdenes servido; que este conocimiento seria en él mui ordinario, porque se preciaba de agradecido y de ser hechura suya por haberle puesto en el estado que se hallaba. Manel ¡Qué pocos hai el dia de hoi que tengan estas atenciones! qué pocos de Castilla la Vieja, como lo era este venerable anciano, hombre sano y de buenas costumbres, sin rebozo ni malicia alguna! Todo va de mal en peor: no hai quien reconozca el bien que se le comunica; ninguno corresponde a lo que debe; todos los mas se engrien y entumecen con el oficio que les dan, y con el mando que adquieren, y con las dádivas y dones que reciben. El beneficio es veneno ponzoñoso en estos tiempos para el que le hace. Y en este punto y instante me ocurrió la causa al entendimiento, justa al parecer de los que con atencion la consideraren; que es sin duda, porque no hai hoi quien comunique el bien, ni haga el beneficio que no sea fundado en su particular interes, y como venden o ferian sus acciones, no son agradecidos ni recompensados sus favores. En los antiguos siglos los gobernadores, sus maestros de campo y los demas ministros mayores fomentaban las causas de los pobres soldados que servian a S. M. con amor y desvelo y satisfaccion sobrada; y cuando ménos lo entendian ni pensaban, tenian el premio y galardon de sus trabajos, por medio de los superiores ministros que sin intereses gobernaban; con que eran las mercedes y los beneficios mas estimados y mas agradecidos, porque sin pensar ni imajinarlo se les venian a las manos. Y así dijo mui bien Ausonio, que en la presteza del dar estaba el agradecer: Gratia quæ tarda est ingrata est, gratia namque Cum fieri properat, grata magis. Los beneficios y dones Que con presteza se dan, Al que los recibe harán Que sea grato en sus acciones, Porque el dar sin dilaciones Es la accion que Mas bien que lo que se ofrece Con esperadas razones. agradece,