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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

en compañía de los capitanes Juan de Quesada, cabo de dicho fuerte, y Marcos Chavari, y muchos reformados y soldados, que fueron los mas del fuerte y las mujeres dél, que con el ejemplo de su mayor y de su cabeza imitaban sus pasos los mas de ellos; que, como dijo Lucano, la vida del que gobierna y rije, es mas poderosa a sujetar los humanos sentidos, que los preceptos y mandatos rigurosos: Ano Non sic inflectere sensus Humanos edicta valent, quam vita regentis. No obliga el apremio tanto Al súbdito desmedido. Como el ver que está rejido De un superior cuerdo y santo. El ejemplo de los que gobiernan y rijen es el que arrastra los mas indómitos naturales, y miéntras mas grande el señor y de mayor autoridad y grandeza, es con mas fervor imitado y seguidas sus acciones: así lo manifestó Ovidio: Ipse deus nudus, nudos jubet ire ministros, Nec satis ad cursus commoda vestis erat. Mandan desnudos los dioses Que sus ministros desnudos Sigan sus mandatos mudos Con ejemplares, sin voces, Que son apremios veloces Que aprestan la ejecucion Sin ninguna dilacion, Porque el mas recto mandar Del príncipe es el obrar Antes él, en la ocasion. De grande importancia es que los superiores ministros y gobernadores sean ajustados a la razon, de buenas costumbres, y temerosos de Dios, para que los inferiores súbditos imiten sus acciones y sigan sus pisadas. Oh! cómo se ajustan éstos al buen ejemplo de los que gobiernan, cómo se encaminan los errados, cómo se enfrenan los mas atrevidos, cómo se reprimen los desmesurados, y cómo los unos y los otros se sujetan a encaminarse por la senda que el mayor camina! y cómo deben los príncipes y señores grandes, aunque sea con repugnancia de sus apetitos y deleites, solicitar con veras ser un ajustado prototipon de los que están debajo de su mando! Bien lo manifestó el profeta rei en ocasion que de la sed se halló bien apretado. Oh! si hubiese alguno (dijo) que me diese a beber de la agua de la cisterna o aljibe que está inmediato a la puerta de Bethelem! apénas oyeron a su rei estas palabras, cuando tres determinados soldados de su ejército se arrojaron con ímpetu al de los Filisteos, y trajeron el agua que sediento apetecia David. Aquí podemos notar de paso y considerar cuán conveniente sea que los reyes, prín-