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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

caminos, si bien las noticias de los cerros no le podian faltar, que ellos le llevarian a su tierra. Respondiéronle los guias, que en subiendo a lo alto de la loma que cerca se divisaba, cojiese una vereda que salia entre otras y se apartaba a manderecha, que esta nos llevaria a un estero que estaba a la vista de la casa del cacique Inailican, y que no se rijiese ni gobernase por los cerros de Elol, porque si queria tirar derecho a ellos, encontraria con mui malos pasos, esteros y barrancas, pantanos y atolladeros, sin acertar a salir de ellos. Ea pues! amigos (les dijo), que yo saldré al camino que decis y no me apartaré de la vereda que habeis señalado. Y con esto nos despedimos, dándonos los acostumbrados marimaris, enviando muchas encomiendas a los amigos y camaradas.

CAPITULO XVIII.

En que se prosigue la misma materia. Quedamos solos mi amo y yo, a tiempo que el norte apresurado iba haciendo su oficio, despidiendo poco a poco tupidas saetas de nevadas aguas, y como se acercaban las tinieblas al peso [sic] que se minoraba el dia, crecia el viento y el temporal deshecho se aumentaba, fuimos a mui buen paso caminando, y al llegar al sitio y loma rasa que nos señalaron nuestros guias, me parece seria ya el sol puesto, segun la oscuridad que nos seguia: hallamos en la parte señalada tres o cuatro veredillas mal trilladas, que parecian ser de vacas o de yeguas simarronas, con que se halló confuso Maulican mi amo, diciéndome: capitan, no sé por qué vereda de estas cojamos nuestra derrota ni encaminemos nuestros pasos: qué te parece a tí?—Segun lo que los guias nos significaron (le respondí), la de mano derecha es la que debemos seguir y cojer en la mano, que es la que nos señalaron los muchachos.—Esa se aleja mucho, dijo el compañero, y se extravía de aquellos cerros altos que se divisan de Elol, por adonde es forzoso que pasemos, y esa veredilla mas se encamina ácia la tierra de los españoles que a las nuestras. Ese otro de manizquierda sube arriba ácia la Imperial, y así me parece que es mejor que cojamos el de en medio. No le quise replicar porque no juzgase que me inclinaba al que se enderezaba a nuestras tierras, que la verdad es que las guias nos habian encaminado bien, segun despues lo experimentamos. Cojimos la de en medio por el dictámen y acuerdo de mi compañero, y fuimos por ella marchando a mui buen paso y mas que largo, y dentro de breve tiempo se nos despareció el dia con un temporal el mas terrible y espantoso que se pudo haber visto ni experimentado jamas. Y no vendrá fuera de propósito la tempestad horrible que finjida o experimentada nos pintó Virjilio, que con la que tan deshecha padecíamos, se me vino su descripcion a la memoria: