No entro analizar, no lo deseo, he sido bastante prudente en relación con el MAPU, y con el P.R., y tengo la obligación moral o ética de hacer lo mismo frente al problema interno de la Democracia Cristiana; me interesa y es, creo, mi obligación, sobre todo destacar la importancia que tiene hacia el futuro la creación de un auténtico movimiento de izquierda cristiana. Ahora, no siempre los partidos tienen que estar representados en el gobierno, para expresar su apoyo a la acción de un Gobierno, sobre todo cuando tienen fuerzas parlamentarias, pero eso no excluye la posibilidad de la participación mañana, una vez que se consolide este movimiento, en las esferas gubernativas si acaso los partidos que integran la U.P., en conversación con el Presidente de la República, resuelven ampliar esa base e invitarlos a que formen parte del Gobierno. Pero puedo sí decir, que hay algo que indiscutiblemente tiene un valor, en los distintos hechos que han ocurrido en los partidos políticos: el Partido Radical, ha sufrido lo que todo el país sabe como consecuencia de su Convención, y el grupo que se separa del partido radical, formado por políticos que han actuado durante muchos años en la vida pública chilena y que tienen prestancia política, que han sido candidatos a la Presidencia de la República etc., reitera su decisión de apoyo al programa y al gobierno. El sector de parlamentarios que se separa del MAPU y que va a juntarse con el grupo que va a formar la Izquierda Cristiana, señala su irrestricto apoyo al programa al Gobierno y al Presidente de la República; y aquellos otros que bien sabemos de la D.C. que se juntan con los parlamentarios del MAPU, para fortalecer el Movimiento Cristiano de Izquierda expresan su apoyo al programa y al gobierno. Y además agregan en forma muy clara, que no piden ni exigen cargos administrativos, ni representación política en el Ejecutivo; este es un hecho que tiene mucha importancia por que hay de por medio una gran responsabilidad, por una parte, ante su propia conciencia y ante el pueblo en la lucha en que estamos empeñados, que es muy dura, y además demuestra una clara, una diáfana, una transparente actitud política. Gente que está en el gobierno, que renuncia a las posiciones del gobierno, para fortalecer movimientos destinados a apoyar al gobierno; yo creo que es un hecho que no ocurre habitualmente en muchos partidos o en muchos países y que es importante destacarlos.
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