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Página:ChFSA FD1197202112(1).djvu/3

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El hombre de Justicia, hombre de esta provincia ex Decano de la Facultad, Manuel Sanhueza (APLAUSOS). Ya se ha anunciado, y es una garantía para mí frente a Uds., está conmigo el Comandante Sánchez, Edecán Aéreo, (APLAUSOS). Yo sigo desorientado porque aquí me acaban de pasar un papel que dice: "Compañero, tenemos preguntas". El acto se planteó entonces como diálogo. Eso quiere decir que no quieren que hable. ¡Mucho mejor! Dice la señora Tencha que hay muchas preguntas, ¡que vengan las preguntas!

MODERADORA: En primer lugar, compañero Presidente y compañera, ha llegado una gran cantidad de preguntas. Ello revela el profundo interés de las compañeras por dialogar con su Presidente. Pero, nos hemos visto obligadas, por razones de tiempo a elegir las preguntas que puedan interesar a la mayoría. Entonces voy a empezar por formularle algunas de ellas.

PRESIDENTE: ¡No, no no! Hay 222 preguntas, nos vamos a quedar aquí hasta mañana. ¡No podemos! La mayoría de Uds. tiene que volver a la casa. Acuérdense que tienen marido y familia. Yo me hago responsable de Uds., hasta las 8 y nada más. (APLAUSOS).

MODERADORA: La primera pregunta, compañero Allende. ¿Qué significa que 1972 será el año de la mujer?

PRESIDENTE: Esta pregunta la estimo extraordinariamente importante y me permite hacer algunas reflexiones de tipo general. Efectivamente, yo planteé a los integrantes del Gobierno y a los dirigentes nacionales de los partidos de la Unidad Popular que este año fuera el año de la juventud y de la mujer.

Cuando concebí que dedicáramos el máximo de esfuerzo y que señaláramos nuestra preocupación al nominar este año "el año de la mujer" pensé que se entendería, esencialmente, que al preocuparnos de la mujer nos preocupábamos de los niños, de las guaguas. Siempre, a lo largo de mi carrera política, desde que fuera Ministro de Salud Pública de don Pedro Aguirre Cerda, planteé como esencial para el país el proteger y amparar el binomio madre-niño.

Me parece innecesario decir en una asamblea como ésta que la mujer, por esencia, está destinada a perpetuar la especie por vocación, biológicamente. La inmensa mayoría nace para ser madre. Preocuparse entonces de la mujer es -obligatoriamente- preocuparse del hijo de la mujer.

Sigue.-