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prisionero de la economía, cuando la cultura alcance a las masas que reclaman su redención, cuando los pueblos sepan que en la paz, en el trabajo, en la solidaridad, en la ayuda económica y no en la explotación está la posibilidad del avance que reclaman ingentes masas al margen del derecho esencial del hombre a comer, a trabajar, a descansar, a tener familia, a sentir la emoción del que piensa, del que sabe de las avenidas amplias de la cultura y del conocimiento humano.

Por eso, es que yo tengo la seguridad y la certeza de que el espíritu que animara a los que aquí laboraron estará presente en las palabras de los representantes de Chile cuando se inaugure esta trascendente asamblea internacional, y serán los acuerdos de CECLA y de los 77, será la voz de pueblos de otros Continentes con caracteres de vida similares al nuestro lo que hará más bronca, más clara, más potente, más seria y más profunda la voz común de las naciones y países que reclaman, con legítimo derecho, un puesto, en la gran tarea de construir una Humanidad más tibia, una Humanidad más generosa, una Humanidad para todos.

Hace algunos días, escuché una entrevista hecha al General Orlando Urbina, Vicepresidente Nacional de la Comisión de UNCTAD III; me impresionó su palabra parca, la gratitud parca del hombre que viste uniforme y los conceptos que emitió, cuando dijo: "Ahí en la UNCTAD había un arquitecto, un obrero y un técnico. Los obreros se fundían en el obrero, los técnicos en el técnico, los profesionales en el profesional. Se rompían las barreras, se integraba la labor, nacía el esfuerzo conciente del trabajo solidario y todos entonaban la canción del trabajo, con la serenidad de los que saben qué meta tienen que alcanzar.

Cuando yo pasaba hacia La Moneda miraba al comienzo cómo se iban levantando los pisos y casi diariamente veía cómo los números aumentaban. Y después, ahora último cuando la majestad de la torre saludaba al cielo de Chile leía en las puertas de este edificio cómo bajaban los números. Antes, el piso décimocuarto vigésimoprimero; ahora: nos faltan 15 días, nos faltan 6 días nos faltan 2 días, no nos falta ni un solo día.

SIGUE.-