El caso de mi Patria es elocuente: nosotros producimos, entre la Gran Minería que estaba antes en manos del capital foráneo y la Pequeña y Mediana Minería, cerca de 750 mil toneladas de cobre.
Entre Zambia, Perú, Zaire y Chile, signatarios de lo que se llama CIPEC, entre estos cuatro países, se produce el 70% del cobre que se comercia en el mundo: más de 3 millones de toneladas.
Pero el precio del cobre se fija en la Bolsa de Lóndres y se transan tan sólo 200 mil toneladas. Y Chile hace tres años, por ejemplo, tuvo un promedio de precio de la libre de cobre-año, superior a los 62 centavos. Y cada centavo que suba o baje en el precio de la libra de cobre, significa 18 millones de dólares, más o menos, de ingreso para nuestro país.
El año 1971, el precio del cobre —en el último año de Gobierno del Presidente Frei— fué de 59 centavos. Este año, seguramente no va ha alcanzar más allá de 47.4 centavos. Pero en valores reales, después de la devaluación del dólar, este promedio será a lo sumo de 45 centavos. Y el costo del producción nuestro, a pesar de que son minas con un alto porcentaje de riqueza minera y están cerca del mar rodea los 45 centavos-libra, en algunas de ellas; y es por cierto, más alto el costo en la pequeña y mediana minería, por una técnica inferior.
He puesto este ejemplo porque es muy claro, Nosotros, que tenemos un presupuesto de divisas superior a muchos países Latinoamericanos, que tenemos na extensión de tierra que podría alimentar —y debería alimentar— a 20 ó 25 millones de habitantes, hemos te ido que importar desde siempre, por así decirlo— carne trigo, grasa, mantequilla, aceite: ¡Docientos millones de dólares al año!.