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Y en estas condiciones, tienen ganancias fabulosas, pesando brutalmente los precios, para los que viven con entradas rígidas de sueldos y salarios.

De allí entonces que sea un factor también que presiona en el alza del costo de la vida y que acentúa el proceso inflacionista. Es por ello que nosotros, claro, pensamos que la lucha contra el mercado negro y contra el acaparamiento es una de las facetas de la lucha global que tenemos que hacer que incida en la distribución y que tiene su raíz por cierto en la producción.

Hemos planteado muy claramente, hemos insistido con majadería, que este país no podrá avanzar , no podrá progresar, si no se trabaja más, si no se produce más, si no se estudia más. Los que creen que un proceso revolucionario puede sostenerse exclusivamente con la teoría Revolucionaria y con la discusión en pasillo o cafetería sobe los procesos Revolucionarios, están muy alejados de la realidad. Este proceso se defiende produciendo más, trabajando más y estudiando más.

Pero indiscutiblemente, organismos como la Dirección de Industria y Comercio tiene que contar con los recursos humanos para tomar una parte de esta gran lucha, que en esencia tiene que estar basada en la agilidad de los organismos del Estado y en la movilización organizativa de las masas.

Y cómo, inclusive, en la pasión política se ha llegado a pensar, que podría hasta utilizarse la distribución de alimentos como una palanca para favorecer a determinados sectores. Se decía esto en vísperas de las elecciones.
Creamos la Secretaría Nacional de Abastecimiento y pedimos la colaboración técnica de la Fuerza Aérea y de las Fuerzas Armadas, y por ello el General Bachelet está a cargo de esa Secretaría.

Quedan en pie dificultades extraordinarias. No es fácil formar una conciencia, hacer entender a mucha gente que el vehículo normal, que es el comercio establecido, debe persistir, que la lucha no es contra el comerciante detallista correcto; será contra inescrupulosos. Porque este Gobierno no pretende suprimir el comercio detallista. Sin embargo, este comercio falla en cuanto a su número en muchas poblaciones, sobre todo en Campamentos; allí tenemos nosotros que establecer, o los almacenes populares o los móviles para llevar el alimento. Hasta ahora no ha habido en Chile un inventario de las necesidades reales de consumo.