que producen pastos gruesos. Cerca de la casa se habían desmontado dos o tres trozos de terreno llano para dedicarlos al cultivo de cereales, y por ahora las mieses estaban en sazón y los segadores y acarreadores se ocupaban en recogerlas. Según me dijeron, no habían sembrado más trigo que el necesario para alimentar durante el año a los trabajadores de la estancia. Generalmente esta posesión tenía asignados 40 proscriptos para trabajar en ella, pero al presente había más. Aunque estaba bien provista de todo lo necesario, notábase en ella cierta falta de bienestar y comodidades. Tal vez influyera en ello la ausencia absoluta de mujeres. La puesta del Sol en un día hermoso sugiere contento en todo paisaje; pero en esta granja los colores más brillantes de los bosques vecinos no lograron hacerme olvidar que 40 hombres proscriptos de la sociedad cesaban en sus trabajos diarios, como los esclavos de Africa, sin el derecho de éstos a la compasión de las personas honradas.
Al día siguiente, muy temprano, Mr. Archer, el administrador adjunto, me hizo el obsequio de llevarme a cazar canguros. Pasamos la mayor parte del día cabalgando, pero con adversa fortuna, pues no vimos un solo canguro, ni siquiera un perro salvaje. Los galgos persiguieron una rata-canguro, que se les escapó metiéndose en un árbol hueco; pero conseguimos sacarla. Es un animal del tamaño de un conejo y con la figura de un canguro. [1] Hace algunos años abundaban en esta región los animales salvajes; pero al presente
- ↑ A querer dar una impresión de la fauna especial de Australia, se dirá que los grupos más interesantes son los marsupiales y los monotremas. Los marsupiales, cuyas hembras tienen una bolsa en su vientre para resguardar sus hijuelos nacidos antes de su completo desenvolvimiento, alcanzan un enorme desarrollo en Australia, sin paralelo en cualquier otra región del Globo. Los marsupiales ofrecen en Australia riquísima variedad de formas, pertenecientes a los géneros Sarcophilus, Thylacinus, Dasyurus,