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corazon como una breva: y no se tome en sentido ridículo esta comparacion, porque la breva, además de parecida en la forma á un corazon, es blanda, dulce, suave, y no encierra en sí ni hueso ni película; esto es, ni dureza ni retrechería. Ahora es de notar que la amalgama del corazon tierno, de la cabeza calva y del bolsillo vacío, es una reunion la mas heterogénea; es tener el corazon crucificado, como el Se ñor, entre dos pésimos perillanes.

Asi era que estos crueles tiranos forzaban á Don Galo á un celibato que le era antipático. A veces míraba tristemente el pésimo y estrecho catre en que dormia en la casa de pupilos, en la que por siete reales diarios disfrutaba de las incomodidades de la vida; y al ver aquel espaldar que se redondeaba por cima de su cabeza como una cola de pavo furioso; al ver aquellas cuatro perinolas tan empingorotadas y esbeltas que ni un figurin de moda; aquella desnudez que se ostentaba con cinismo y que no cubrian ni la mas sencilla colgadura, ni el mas simple pabellon, ni el mas leve mosquitero; cuando consideraba aquellos colchones que parecian de pelote, y aquellas sábanas que no parecian de holan; cuando miraba aquela colcha catalana genuina, (cuyo dibujo representaba el nacional espectáculo de una corrida de toros, en grandes dimensiones, en términos que en el centro habia un grupo, en el que un toro de buen ano cebaba sus iras en un caballo caido, combinándose todo de manera que cuando D. Galo estaba acos— 1