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FS 06 30 0 e a 8 " 2 99pues solo la Religion crió aquellas virtudes, hijas ingratas que se emancipan, vuelven la espalda á su madre, y se unen á sus enemigos para combatirla, tom do por espíritu de rebeldía, ese frenesí del entendimiento.

¡Dios santo! consérvanos en la llana, fácil y bella senda de la estricta sumision, que tantos santos y sábios ilustraron, y aléjanos de la pérfida senda de la reheldía, laberinto oscuro é intrincado, en que, sepierden tantas bellas inteligencias, y se precipitan, todas las, soberbias.

Más, volvienda á Clemencia, al verla tan pacien te, se decia aquel hombre inculto por su tempranaemancipacion, degradado por los vicios y pervertidopor las malas compañías, el que ni aun comprendialas virtudes fermeninas, ni el ardor santo con que secumple, en la juventud con los más rigorosos del enestme engana; y por eso calla; no se cura de la que abandone;, si me quisiese lacaso. no tendria. celos™ Alguna vez, esta idea fija le abatia.

Entonces Clemencia.se acercaba á él, y empezaba á vester los. inagotables, tesoros de interés y de con suelo. que todo corazon de mujer abriga. hácia su, mar rido, si le vé padecer en su cuerpo, ó sufrir en su alma. Si Fernando callaba, redoblaba aus expresio—nes de interés y de ternura, tan elocuentes, ponque las dictaba, au: corazon. Más estas flores sembradas en un desierto, se marchitaban en su árida suelo;, estebálsamo vertido sobre un cadáver, no lo impregnaha,,