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existe, ó si existe, es un monstruo tal que no se concibe. Pero no lo somos bastante.

— La caridad es la única cosa en que no cabe exceSO: AMOR, NO DICE «BASTA»: pero la caridad tiene enemigos que la combaten porque en derechura noslleva al cielo. Aquí la avaricia cierra la mano, que ya se abria para derramar esos bienes que Dios nos dió, con el cargo de repartirlos, pues son suyos; aquí la pereza traba los pasos que íbamos á dar en favor de un desgraciado, y aquí el orgullo, ese enemigo, el mas terrible del hombre, hiela sobre nues—tros lábios el perdou y la reconciliacion que la caridad hacia brotar del corazon. Y este es el mal que nos aqueja hoy. ¡Dios mio! ¿Quién al ver la era actual no se pregunta horrorizado: ¿somos bermanos, ó somosenemigos?

Suaves para Clemencia, ásperos para Constancia, habian pasado los dias.

Habia sobrevenido el mal tiempo, y aquella cal ma y tranquila naturaleza habia cambiado de aspec to. Aparecieron pesadas y lentas nubes que cubrieron todo el horizonte, interponiéndose entre el firmamento y la tierra cual un triste desierto, como se interpone la incredulidad entre el corazon del hombrey el cielo. Por un dia reinó una completa y mústia calma, cual si los elementos se preparasen y tomasen aliento para su inmensa lucha, dia oscuro y silencioso como un negro presentimiento. La mar se retiró al bajar la marea, al parecer tranquila, descubriendo