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bien que mas divertida ha de venir con Miguel que tiene buena parola, la lengua expedita y habla por los codos, que no contigo que para sacarte una palabra del cuerpo se necesita un garfio: siempre tienes la lengua entumida Pocos dias despues llegó Clemencia; pero tan abatida todavía, moral y físicamente, á causa de las repetidas y recientes catástrofes acaecidas, que en su pálido semblante estaban aun sellados el espanto y el dolor. Al apearse del detestable barrocho que tirado por cuatro magníficas mulas habia ido por ella á Sevilla, se sintió profundamente conmovida, al recordar que allí habia nacido y pasado su infancia su malogrado marido, y que iba á ver á sus Padres. Al entrar corrió hácia su suegra, en cuyos brazos se echó sollozando; á esta señora, que como sabemos era austera, seca y poco afecta á expansiones, desagradó aquella explosion de vehemente dolor, y se contentó condecir con serenidad.

. 1 —Ya no tienes porqué afligirte ni estar apurada.

A los que Dios llama á sí, mas vale encomendárselos, que no protestar contra su santa voluntad con extremos y violencias. No se siente más á un marido que á un hijo..... y yo estoy resignada!

—Vamos, niña, dijo su suegro abrazando á su vez á Clemencia; vamos, que aquí no se viene á llorar; sino á consolarse y conformarse con la voluntad de Su Magestad. Vienes á tu casa, á tu casa, y puedes mandar como dueña que eres: pero mira, hija