Página:Clemencia, novela de custumbres (1862).pdf/204

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 160 —

Aunque á todos los indivíduos de la familia queria Clemencia con ternura, con quien se unió más estrechamente fué con su Tio el Abad. Eran dos almas parecidas, dos corazones semejantes, y pronto conoció su Tio, cuán fácil le sería que llegasen á serlo sus inteligencias. Así fué que se dedicó á cultivar aquel entendimiento tan apto para el saber, tan ansioso de enriquecerse y elevarse. Y nadie era más á propósito para encargarse de esta bella tarea; porque el Abad era el tipo del hombre superior, que gira en aquella alta esfera, a la que solo pueden llegar los que unen á los mas bellos dotes naturales, la virtud, el saber, el conocimiento del gran mundo, el uso de la alta sociedad, y la cultura.

No siguió el ilustrado maestro en su enseñanza un método, ni se sometió á reglas de estudio que suelen hacerlo exclusivo y árido; solo en el aprendizaje de las lenguas prescribió sujecion y órden. En lo demás dejaba á la ventura enlazarse las cosas las unas á las otras. para explicarlas ó analizarlas, porque era su afan infundir á su discípula el espíritu y no la letra.Tú no vas á poner cátedra, solia decirle: lo que te conviene es una idéa exacta de cada cosa, sin que tus conocimientos sobre ellas lleguen á profundos en ninguna. Debes solo formarte un ramillete con las flores del árbol del saber, puesto que, como mujer, tienes que considerar tus conocimentos, no como un objeto, una necesidad ó una base de carrera, sino como un pulimento, un perfeccionamiento, es de1