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cir, cosa que serte debe más agradable que útil.

Nunca por muchos que adquieras, los mires como una superioridad; puesto que el saber está al alcance de todos, y no es una prerogativa sino una ventaja, y aun dejará de serlo si le acompañan la intolerancia y presuncion, que son seguros medios, no solo de hacerse odioso, sino de caer en ridículo; puesto que como se ha dicho muy bien de los valientes, se puede decir de los que presumen de saber, que siempre hallarán otro que sepa más que ellos.

Es cierto que el saber dá al que lo posee cierta superioridad sobre el ignorante, mas aun dado caso que el ignorante no tuviese sobre el que sabe, otra clase de superioridad que le compense ó aventaje, nohay nada en el mundo, hija mia, que se deba disimular más, que una superioridad, pues es lo que ménos se perdonan los hombres; y sobre todo no perdonan las superioridades adquiridas, y hostilizan á las erguidas. Persuadete bien de esta verdad: la superioridad es una carga, como lo es para el gigante su estatura; gozar de ella, y disimularla con benevolencia y no con desdén, es la gran sabiduría de la mujer.

La superioridad que se ostenta, lastima profundamente el amor propio ajeno, que tolera la superioridad que se tiene, pero rechaza la que se le quiere imponer: así es que la que adquieras debe asemejarse en tí á una túnica forra la de armnino; su finura, su suavidad debe ser interior y para tí misma.