CAPITULO III.
Nunca pudieran hallarse caractéres y génios más distintos y desapareados, que los que la suerte habia reunido bajo el techo de don Martin de Guevara, y nunca tampoco se hallaron otros mejor avenidos.
Las cosas tienen diversas faces, la vida variadas sendas, los hombres distintas y diferentes inclinaciones, sin que por esto se desavengan entre sí, cuando no obran en ellos el espíritu hostil y las malas pasiones del dia, que nacen del mal estar de una época calenturienta como la nuestra, que desprecia lo pasado, odia lo presente y se asombra del porvenir.
En lo que unánimemente concordaban era en amar á Clemencia, como todos los pechos aspiran y aman el suave y balsámico ambiente de la primavera.
Tanto ella como Pablo habian desarrollado admirablemente su inteligencia con la sábia enseñanza y