Página:Clemencia, novela de custumbres (1862).pdf/237

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 193 —

de este carecia. Alegróse la virtuosa Reina, y le preguntó si estaba concluido, á lo que contestó que solo faltaba rematar el hermoso panteon que en el centroestaba concluyendo para él y su descendencia. Dióle gracias la Reina, se presentó una señora, que dijo habia recogido una niña huérfana que se moria de hambre, y la habia criado, dándole lugar de hija.

—¿Y la tienes contigo? preguntó la Reina. Sí señora, y la quiero tanto, que jamás me separaré de ella; es tan dispuesta, que cuida de toda la casa y me asiste á mí con cariño y esmero.—Celebró grandemente la Reina esta digna obra de caridad, cuando se oyó un tropel entre las gentes, que se desviaban dando paso á un niño más bello que el sol. Arrastraba tras sí á una pobre vieja estropajosa, que hacia cuanto podia para deshacerse y huir de aquel lugar tan concurrido.

— ¿Qué quiere este bello niño? preguntó la Reina, que no cerraba sus oidos, que eran mas de Madre que de Soberana, á ninguno que deseaba hablarle.

—Quiero, contestó el niño con mucha dignidad y dulzura, traer á Vuestra Magestad á la que ha ganado el santo premio que habeis instituido para la mayor obra de caridad.—¿Y quién es? preguntó la Reina.Es esta pobre anciana, contestó el niño.—¡Señora! clamó la pobre vieja, toda confusa y turbada, nada he hecho, nada puedo hacer: soy una infeliz que vivo de la bolsa de Dios.—Y no obstante, dijo el niño con voz grave, has merecido el premio.—Pues ¿qué ha hecho?

preguntó la noble Reina, que antes de todo queria — -