andaluza no te se haya latinizado en las venas.
Lo que natus es, negar no potes; que yo tengo para una ocasion un latinajo en conserva.
Pablo y el Abad se echaron á reir.
1 $ —¿Qué? ¿no está bien dicho? preguntó D. Martin; pues yo asi lo he oido decir; desde entónces acá habrán sacado latines más pulidos, no me opongo.
Pero hágote saber, hermano, que á Pablo le tiene más cuenta y le vienen mejor las alpargatas del quinto, que no los potingues del boticario. Asi ten entendido, Pablo, y no lo eches en saco roto, que para la tierra, lo que vale mas que bendicion de obispo, es majada de oveja. Hermano, esto es un decir, un ponderar; no vayas á tomarme á censo lo que digo, ni por donde quema.
CLEMENCIA.
—Ya sé, ya sé, Martin, respondió el Abad, ¿acasc piensas que me iré yo á escandalizar por las cosas que no llevan malicia? Eso queda bueno pars los fariséos, hermano.
TOMO II. &