Página:Clemencia, novela de custumbres (1862).pdf/316

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 46 —

dice el refran: Entrañas y arqu elas, á los amigos abiertas, y más que sea su mercé rico y un usía muy considerable y de los nombrados, y yo una probe desdichada, soy su amiga, señor..... que todos so mos hijos de Eva por la carne, así como hijos de Dios por el alma.

—¿Y me la ha de dejar Vd. en paz hasta te el cochino?

1 que ma—Si señor; sí señor.

—¿No he de ver esa cara de Vd. más fea que el no tener?

—No señor, no señor.

—¿Y no he de oir esa voz tan desentonada y récia, que parece que está Vd. hueca?

—No señor, no señor.

—Pues dígale Vd. á Miguel Gil que le dé un gorrino de cuatro meses, y eche á correr mas súpita que chispa de carbon de fragua.

—Señor... Dios se lo pague y se lo dé de gloria!

No, mentira; un señor más bendito que su mercé no lo hay en el mundo, dijo alejándose la vieja.

—Sí, si; bien canta Marta cuando está harta, le gritó D. Martin.

En este instante fué interrumpido por Miguel Gil que llegaba azorado.

—Señor, gritó, el cortijo de la Mata está ardiendo.

—¿Qué es lo que arde? preguntó D. Martin.

—Las mieses.

—¿Han sacado los ganados?