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amplie mi vida, que trueque mi libre y descuidada calma por la austeridad de los deberes; que cambie mis flores y mis pájaros por cuidados y desvelos, yo habria deseado que el amor hubiese esparcido sus rayos entre la cargada atmósfera de las obligaciones y desvelos que circundan el estado.

—¿Y no puedes acaso amar á Pablo? dijo el Abad.

—No puedo amar á Pablo, señor, sino como al mejor de mis amigos, despues de Vd.

—No te cases, pues: tus ilusiones se interpondrian entre ti y tu felicidad, como esos mirajes, esos prestigios, efectos de la óptica, que presentando al viajero objetos ilusorios, le ocultan la senda trillada, y le sacan del camino real de la vida que no vé por mirarlos. ¡Oh mundo seductor, falsa sirena, que modulas tus cantos haciéndolos simpáticos al sentir de cada cual! Nada logra, nada, contra tí la sabiduría humana, y tú solo eres el que te encargas de darte á conocer. Sí, sí, una sola de tus lecciones prácticas alcanza lo que no pueden todas las máximas de la sabiduría y todos los consejos de la experiencia. No te cases, Clemencia; no te cases ahora, pues no serias feliz sino pasivamente, y tu felicidad satisfecha, cumplida y elegida por tí, es la que deseo sobre todas cosas. No obstante, cuando llegue el dia en que fijes tu voluntad, ántes de decidir de ta suerte, acuérdate del último consejo y del postrer deseo de tu Padre! la pasion es ciega, la razon ve claro; si luchan, hax que venza esta.