Página:Clemencia, novela de custumbres (1862).pdf/414

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 144 —

diputado, propondré, para remediar la plaga de viudas que nos aflige, el establecer aquí la sábia costumbre que existe en el Malabar.

—¿Y cuál es esa costumbre? preguntó Doña Eufrasia, á la que interesaba en extremo todo proyecto concerniente á este asunto.

—Señora, en aquel sábio pais, cuando se muere un hombre que tiene esposa.....

—Bien, ¿qué?

—A esta interesante viuda.....

1 — Bien já esa interesante viuda?.....

—No vayais á pensar que se le busca otro marido, eso no.

—Pues qué se hace?

—Se le enciende una hoguera.

—¡Una hoguera!!! ¡Vaya una idea! ¿Y qué se le remedia con eso?

—Todos sus males.

—¿Sí?

—Si; pues en esa hoguera se quema ella.

—¡Jesus, María y José! exclamó Dona Eufrasia, poniéndose las manos en la cabeza, ¡qué herejía!

¡qué barbaridad! ¡qué sacrilegio! Eso clamaria al cielo si fuese verdad; pero como se miente hoy dia más que lo que se dá por Dios, no hay que creerlo.

—¡Vaya si es verdad! y es lo más sábio que he oido en mi vida. En aquel país, modelo de delicadeza conyugal, toda viuda honesta se avergonzaria de sobrevivir á su marido.