Página:Clemencia, novela de custumbres (1862).pdf/442

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 172 —

casados que á—los solteros? preguntó Clemencia.

—Sin duda: los franceses, que confesamos son nuestros maestros en todo, han marcado bien esto, llamando al casamiento hacer un fin.

— .

—Esto es: cuando la juventud se va y entran achaques, escoger una jóven que empieza a vivir, por enfermera, ¿no es esto?

—Asi es: cuando no se puede ser otra cosa más divertida, se hace uno padre de familia.

Clemen sintió partirse su corazon con cuanto agudo tiene el dolor y amargo la humillacion; pero volvió sobre sí y siguió preguntardo.

—¿Pero no teneis madre?

—¡Ah! si.

—¿Y no la amais?

—Lo mismo que ella á mí.

—¿Y dónde está?

—No sé; creo que viaja por Italia.

—¿Y Padre?

—Mi Padre, que era General, murió en la India, despues de robar á Tipoo—Saib una inmensa fortuna.

Un vivo de carmin subió al rostro de Clemencia á pesar suyo. Nunca era bella ni honorífica una fortuna de pillaje, por más que lo autorizasen las bárbaras leyes de la guerra; pero oir calificar á un Padre por su hijo de ladron, era una despreocupacion que llenó de espanto á la sencilla Clemencia.

Sir George prosiguió sin notarlo: