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Con esta frase de doble sentido, como una espada de dus filos, hacia Dona Eufrasia alusion á las pretensiones nobiliarias de la familia de Paco Guzman, que aunque fundadas, eran contestadas por personas que para hacerlo no tenian datos ni convicciones, y lo hacian solo por el espíritu de hostilidad que vive y reina.

—La ventaja que nos llevan las ilustraciones moderuas, contestó Paco Guzman, es la de tener su orígen á la vista de todos, y no podérseles contestar, en particular si datan de la guerra de la pendencia.

—¿Qué se entiende? gritó furiosa la guapa guerrillera. ¡Poner apodo á la guerra del francés, que ha admirado al mundo entero! Marquesa, te digo que las cosas que se oyen en tu casa son tan escandalosas, que no la volveria yo á pisar, sino fuera por....

—El chocolate! dijo un criado presentándole una jícara de chocolate y un plato de bizcochos, segun acostumbraba á hacer desde tiempo inmemorial, cuando á la noche veia entrar á la amiga de su señora.

—Juan, dijo Dona Eufrasia, tomando el pocillo y mudando de repente de tono, dile á la cocinera que ayer no estaba bastante hervido el chocolate; no son tres veces sino cuatro ó cinco las que tiene que subir, y es preciso despues de hecho, dejarlo reposar; y á tí le advierto que anoche no eran los bizcochos del dia; ten cuidado no te engane el confitero.