Página:Constitución de las Provincias Unidas en Sudamérica (1819).djvu/64

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En efecto de que aliento vigoroso no se sintieron esforzados vuestros brazos al pronunciar estas palabras? somos ya independientes: somos libres! Entonces fue, que los corazones se asociaron para sostener con gloria os empeños de esta feliz metamórfosis. Entonces fue, que los himnos consagrados á la libertad llegaron á componer una parte del culto. Entonces, en fin, que las llamas del regocijo sucedieron en muchos á los incendios de la discordia. Ciudadanos, no sin la mas tierna emocion observa el Soberano Congreso, que un enviado extrangero (†) cerca de nuestro gobierno, penetrado de los sentimientos que os inspiró la independencia, informa al suyo por estas clausulas: " ésta fue una medida de la mas alta importancia, y ha sido productiva de una unanimidad y decision antes desconocida.....la saludable influencia de este intrépido y decisivo paso fue sentida á un tiempo en todo el territorio, y dió nuevo vigor y fuerza á la causa de la patria y estabilidad al gobierno." No era poco habernos desembarazado de enemigos domésticos y roto las coyundas de un yugo aborrecido; pero mucho mas pedía de nosotros nuestro propio instituto. Entablar relaciones amigables con las potencias extrangeras, de quienes podiamos temer que se reuniesen á nuestro comun enemigo, y conseguir el reconocimiento de nuestra independencia: ved aqui, ciudadanos, los grandes objetos que han ocupado las mas serias y profundas meditaciones del Congreso. Nadie hay que ignore, que para no descarriarse en el laberinto de esta carrera es necesario seguir un orden de consejos, reflexiones y pensamientos, que salen de la esféra de los comunes. Nada menos se necesita, que (t) Mr. Rodney, primer Enviado de la comision que diputó el Presidente de los Estados—Unidos de Nort—América.