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CRÓNICAS
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que se dirigía a la Mola de San Nicolás para reportar desde allí al almirante Sampson; pero en vez de hacerlo así, siguió directamente a Nueva York. La mañana que el St. Paul echó anclas en este puerto, todos los diarios de la gran ciudad llenaban sus columnas con telegramas de Madrid, vía Londres, dando cuenta de haberse librado un gran combate en las afueras de San Juan, en el que había tomado parte principal el St. Paul, recibiendo dicho buque todos los galardones que le correspondían al Yosemite, cuya participación en aquel combate no fué generalmente conocida hasta que, relevado por el New Orieans, fué a Santo Thomas a proveerse de carbón y víveres para tomar parte en la expedición que se preparaba contra los puertos de España. [1]

Usted recordará la flota que, al mando del contraalmirante Cámara, salió con rumbo a Filipinas a través del canal de Suez. El almirante Watson recibió órdenes de reunir una escuadra, de la cual formaba parte el Yosemite, para que, amenazando las costas de España, obligase al almirante español a regresar de su viaje, como así sucedió. Los marinos españoles fueron detenidos en Suez, y a este resultado contribuyó, en gran parte, la gestión del honorable James B. Angell, presidente de la Universidad y ministro americano en Constantinopla en aquella fecha. Y así esta Universidad de Michigan tomó también parte, de no escasa importancia, en las actuaciones diplomáticas de la guerra.

Cuando el Yosemite fondeó en St. Thomas, su comandante, Emory, telegrafió a Washington, al secretario de la Marina, los detalles del combate frente a San Juan el 28 de junio; pero omitió hacerlo al almirante Sampson, razón por la que éste, en su informe oficial al Departamento de Marina, omitió toda mención de aquel combate, y hasta muchos meses después no fué del dominio público el verdadero conocimiento de dichos sucesos.

Entretanto, el Yosemite no obtuvo recompensa alguna por lo que fué el mayor combate naval de toda la guerra; y lo llamo así porque su tripulación fué la única que recibió doble recompensa en metálico por haber sostenido combate contra fuerzas enemigas superiores.

Un episodio muy interesante fué que el Comité encargado de proponer recompensas por méritos navales declinó recomendar a los oficiales del Yosemite para que les fuese otorgada la medalla del almirante Sampson, fundando su resolución en que dichos oficiales no habían realizado acto alguno distinguido. Hago mención de este incidente para que usted vea la gran ignorancia oficial que existió acerca

  1. En San Juan, hasta fin de Junio, no supimos que el buque bloqueador era el Yosemite; fué confundido con el St. Paul, y éste con el Yale. De aquí proviene el error en que incurrió la Prensa de Madrid al dar cuenta del combate naval del 28 de junio.—N. del A.