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A. RIVERO
 

dando así a nuestra querida España una prueba de nuestra lealtad y de lo que son capaces un puñado de portorriqueños orgullosos de su raza». Firman el acta, levan- tada con fecha 26 de aquel mes, L. Padrón, P. Mulero, J. Pérez Moran, Félix Ayala, Ricardo Romero, José A. Lebrón, Justino Quiñones y Guillermo R. Scamaroni.

Hasta los de Culebra se arman [lagarto!

Mayo, 10. — Hoy muy temprano reapareció frente a mi castillo el buque fantasma o Tres Chimeneas; está a tiro y pedí permiso para hacerle fuego, permiso que no llegó hasta las doce, hora en que el buque estaba fuera del alcance de mis cañones. Para que muestre los colores de su bandera, a las doce y diez minutos le disparo un cañonazo. El primero de la guerra.

Mayo, i i. — El teniente coronel Augusto Pamies ha sido nombrado comandante militar de Bayamón.

— El teniente coronel Aznar, jefe del batallón de artillería, se cayó hoy de su caballo, fracturándose una costilla.

Mayo, 12 (por la tarde). — ¡Ya vinieron! Estoy rendido; desde las cinco hasta las ocho de la mañana hemos contestado al fuego de la escuadra americana. Mis baterías han disparado 185 cañonazos; las bajas son muy pocas.

Mayo, 13. — ¡Qué noche la última! La escuadra americana permaneció toda la tarde de ayer a la vista y creíamos seguro un bombardeo nocturno. Nadie ha dor- mido. Hoy, al salir el sol, vimos que el enemigo había desaparecido; se fueron

[feliz viaje!

— [Cuánto valiente! Asombra hablar con tanta gente que asegura presenció el bombardeo desde las murallas.

— Muchas personas recogen proyectiles enteros y cascos de los mismos. Pedro ^Giusti exhibe en sus vidrieras la punta de un enorme proyectil; este pedazo pesa

131 libras; Giusti compra proyectiles enteros y fragmentos de los mismos. En el Parque de artillería hemos reunido gran cantidad de granadas de cabeza perforante; muchas no tienen carga interior, y la mayor parte de las espoletas están inútiles.

Creo que muchos cañones de la escuadra enemiga han quedado inservibles, por- que las bandas de cobre de algunos proyectiles han desaparecido y el rayado del ánima ha mordido en el acero de las granadas.

— Recibo una carta del pueblo de Carolina, en la cual me avisan que alguien anunció allí, el día 12, mi muerte; aquel buen párroco y muchos amigos me rezaron un rosario en la iglesia. ¡Agradecido!

— Esta mañana la lancha del Arsenal recogió, fuera de la Boca del Morro y al Este de la isla de .Cabras, un bote que dejó abandonado la escuadra enemiga; está pintado de color de chocolate y enarbola una bandera blanca. No tiene nombre ni número.

— Ayer, poco después de cesar el bombardeo, se hizo a la mar el crucero de guerra francés Ahniral Rigault que sufrió el fuego fondeado en puerto; cuando este buque pasó frente a las baterías de San Fernando y Santa Elena, su marinería, subida a las vergas y correctamente alineada, saludaba con ¡vivas a España! a los artilleros de aquellas baterías y éstos contestaban con ¡vivas a Francia! La música de a bordo tocaba la Marsellesa. El crucero, más allá del Morro, cambió saludos de banderas con la escuadra enemiga y siguió su rumbo sin obstáculo alguno.

— El mismo día, y a la vista de la escuadra enemiga, entró en puerto el vapor inglés Roath con 3.000 toneladas de carbón Cardiff.

— Las Monjas Carmelitas fueron conducidas hoy, en el tranvía, al palacio de la Convalecencia de Río Piedras. Algunas, que llevaban más de cuarenta años de clau- sura, mostraban gran asombro.

— La Gaceta publicó hoy una Orden general dando cuenta del ataque de ayer.

— Se concede a los Voluntarios moviHzados, como gratificación, el abono de medio plus de campaña.