APÉNDICE NUMERO 27
Lo que escribieron, el 18 de octubre de 1898, los oficiales de artillería de San Juan al general de división D. Ricardo Ortega.
«Puerto Rico, i8 de octubre de 1898. Excelentísimo señor general de división D. Ricardo Ortega y Diez:
Excelentísimo señor: Los oficiales de artillería de guarnición en esa plaza hasta el día de la fecha, y que por azares de la guerra y previo convenio de paz han tenido la desgracia de presenciar la toma de posesión de la capital de esta Isla, nunca ven- cida por nadie, en estos momentos solemnes en que el amor a la Patria se siente más vivo en los corazones españoles, se reúnen particular y fraternalmente para hacer conocer a V. E., con el mayor respeto y la más cumplida atención, el dolor que a todos y a cada uno les ha producido el acto de ver izar el pabellón americano en una plaza cuatrocientos años española, que si débilmente artillada, ha sabido rechazar con arrogancia y energía, el 12 de mayo último, la potente y formidable escuadra del invasor. Los únicos defensores de la plaza en esa fecha memorable, que a las ór- denes de V. E., desde sus puestos respectivos, lograron la suerte de vencer en des- igual combate a la gran república americana, acatan, cumplen y respetan, sin condi- ciones de ninguna clase, los acuerdos de los altos poderes de la Nación, sin que sus fervientes respetos a las instituciones contengan las lágrimas que provocan en todos ellos las grandes desventuras nacionales, aún de mayor relieve cuanto más cerca se ven, y cuando la carencia de los barcos necesarios para la evacuación acordada ha dado lugar al triste contraste de que los defensores de San Juan de Puerto Rico sean los que tuvieron que presenciar, desde un rincón de extramuros, las salvas en honor de la bandera, antes enemiga, y el regocijo de su ejército; salvas efectuadas con los mismos obuses y cañones con que fueron vencidos, y aunque hoy en su poder, ni por ellos ni por nadie han sido nunca conquistados.
En medio de tamaña desdicha para la salud de la Patria, y de inmensa tristeza para todos los que con orgullo nos llamamos españoles, los abajo suscritos admiran en V. E. la entereza de carácter que ha sabido desplegar en todos sus actos para sos- tener nuestros últimos derechos en este rico territorio, admirando al propio tiempo el valor cívico de V. E., posponiendo todo, hasta su manera de ser y sentir, al cum- plimiento exacto de un valor difícil, el más triste para un español cualquiera e inmen- samente doloroso para un general de las virtudes de V. E.
Si de algún lenitivo pueden servirle estas espontáneas manifestaciones al último representante de nuestra querida España en esta Isla, recíbalo V. E. con agrado de sus más respetuosos y fieles subordinados.»
(Siguen las firmas de todos los jefes y oficiales de artillería de San Juan.) ^
Este documento no necesita comentarios. Se reembarcó a todas las tropas y a todos los empleados civiles y hasta el último portero de la última oficina. No hubo
- El acta anterior fué redactada por el capitán de artillería, secretario de la Subinspección, D. Enrique
Parbaza, hoy general de brigada de la Escala de Reserva.