Página:Cuentos de amor de locura y de muerte (1918).pdf/69

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
61
Cuentos de amor de locura y de muerte

comprenderá toda la pureza viril que hay en mi recuerdo.

Hasta que una noche tropecé con ella. Sí, esa misma noche en el teatro... Comprendí, al ver a su marido de opulenta fortuna, que se había precipitado en el matrimonio, como yo al Ucayali... Pero al verla otra vez, a veinte metros de mí, mirándome, sentí que en mi alma, dormida en paz, surgía sangrando la desolación de haberla perdido, como si no hubiera pasado un solo día de esos diez años. ¡ Inés!

Su hermosura, su mirada, única entre todas las mujeres, habían sido mías, bien mías, porque me habían sido entregadas con adoración — también apreciará usted esto algún día.

Hice lo humanamente posible para olvidar, me rompí las muelas tratando de concentrar todo mi pensamiento en la escena. Pero la prodigiosa partitura de Wagner, ese grito de pasión enfermante, encendió en llama viva lo que quería olvidar. En el segundo o tercer acto no pude más y volví la cabeza.

Ella también sufría la sugestión de Wagner, y me miraba. ¡Inés, mi vida! Durante medio minuto su boca, sus manos, estuvieron bajo mi boca, mis ojos, y durante ese tiempo ella concentró en su palidez la sensación de esa dicha muerta hacia diez años.

¡Y Tristán siempre. sus alaridos de pasión sobrehumana, sobre nuestra felicidad yerta!

Salí entonces, atravesé las butacas como un sonámbulo, y avancé por el pasillo aproximándome a ella sin verla, sin que me viera, como si durante diez años no hubiera yo sido un miserable...

Y como diez años atrás, sufrí la alucinación de Citized by Google