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Página:Cuentos para los hombres que son todavía niños.djvu/60

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hacer la señal de la cruz, cosa que nos infundía pavor, empezaba.

—Este que era mi compaire José arriero de este fundo trabajaor y honrao. El solo se había hecho unos cuantos realitos porque aemás de lo que ganaba en las mulas, había plantao una chacrita con maizal y too.

Le iba harto bien a mi compaire en el negocito y en dei pu iñor, tar vez por eso, le tomaron entre ojo argunos picaros sin alma; y una noche que José venía por esta júnebre avenía, le salió un bandío y le rajó el corazón de una puñalá.

Cayó muerto el compaire "al tirito", tan remuerto que aunque le llevaron al hespital y lo vio el méico con unos aparatos, fué inútir; no abrió más los ojos.

Pobre compáire; yo lo vi al pobrecillo y me dieron unas ganas de buscar por cielo y tierra al malvao mataor, pa hacer tripillas con él y dárselas después al perro.