"Este libro y todos los que ves en esta estancia, son de mi hermana menor que alberga conmigo".
—Ya puedes imaginar tú que me oyes; mi extrañeza al encontrar tan lejos de la tierra a esa criatura rodeada de cosas familiares, extrañeza que aumentaba al darme cuenta del interés no disimulado, que sentía por los habitantes del pequeño planeta.
Me interrogó sobre los asilos de menesterosos, de huérfanos, de idiotas; preguntóme por las ambiciones y afanes del siglo; pero, llegó al coludo mi estupor, cuando la vi entristecerse y dejar caer sobre su pecho la cabeza orlada de albos cabellos.
"Tengo muchos enemigos en tu planeta –díjome, suspirando. A los hombres les debo mis cabellos nevados.
—¿Cómo, interrumpí yo; cómo tu que vives tan lejos del mundo, puedes ser maltratada allí?