Página:Cuentos y cronicas.djvu/23

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CUENTOS Y CRÓNICAS


po, la fuerza vital, el cuerpo astral, el alma animal, el alma humana, la fuerza espiritual y la esencia espiritual... Viendo a Minna poner una cara un tanto desolada, me atreví a interrumpir al doctor: — Me parece que ibais a demostrarnos que el tiempo... — y bien, dijo, puesto que no os placen las disertaciones por prólogo, vamos al cuento que debo contaros, y es el siguiente: —Hace veintitrés años, conocí en Buenos Aires a la familia Revall, cuyo fundador, un excelente caballero francés, ejerció un cargo consular en tiempo de Rosas. Nuestras casas eran vecinas, era yo joven y entusiasta, y las tres señoritas Revall hubieran podido hacer competencia a las tres Gracias. Demás está decir que muy pocas chispas fueron nece- sarias para encender una hoguera de amor... Amooor, pronunciaba el sabio obeso, con el pulgar de la diestra metido en la bolsa del chaleco, y tamborileando sobre su potente abdomen con los dedos ágiles y regordetes, y continuó: — Puedo confesar francamente que no tenía predilección por ninguna, y que Luz, Josefi- na y Amelia ocupaban en mi corazón el mis- mo lugar. El mismo, tal vez no; pues los dul-11