FIALHO D"*AdcdMEYNDA
sorda envidia por los placeres que no podía gozar, 4u- bo de reir con los demás, enfrente de muchas de esas caretas empapadas de bermellón apop!ético, blanco de clowx, amarillo y hasta verde, con barbacanas de talle demoníaco, los ojos vacios y atónitos, narices en punta de alambique, y dentadura. de jabali..cor- namentas mefistofélicas, gorros inmitando: comadres y pantallas... Había un gallo petulantísimo, asom- bro y pasmo de cuantos le seguían;..con el pico abierto y el ojo vivo, el granuja se diría. que, quería canter... Y en la calle, en adoración ante el escapa- rate de la tier la, quien pasaba deteníase a comentar todas esas fisonomías de cartón y encerado... Des- cubríanse entonces analogías eróticas: ¡aquella pare- cía el fulano, la otra el zutano, aquella otra el peren- gano... Saltaban risotadas de la turba como la crepi- tación del vino de una copa... Y una «mujer vestida de aldeana de Ovar, llena de vergiienza, se escapó en medio de la gritería general. .¡Oh, la :tal. cabeza de gailo con su cresta roja tan, finamente cortada.en ei borde, el pico amarillo, los. ojos: despiertos «y el conjunto invencible de un guerrero, fascinaban a Gabriel, clavándole en el. suelo, .atrayéndole la mi» rada, y haciéndole perder la memoria de todo.lo de- más... ¡Qué gracioso sería.colocárselo en la, cabéza como un gorro y echar a. corfer calle arriba!.... ¡Co-co-ro-CÓl,.., ¡Coicosro-cób;z. EN Se reirían desde las" Ventanas, las. niñas, Ol “tirafíán huevos y azucarillos. ye toda lagenter tendría. :deseos de saber quién ¿ era él gátiito “Sraciosó., qué AA Pety- 4
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