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Página:Diccionario etimolójico de las voces chilenas derivadas de lenguas indígenas americanas.djvu/272

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chei
Granada 190: ¡ché! interj. fam. con que se llama la atencion de una persona a quien se tutea. | Lafone 96: ché - ola, tú. Es posible que sea del guarani chi - ola. |
La verdadera etimolojía es sin duda el mapuche, Febrés: che - hombre | que se usa solo o en combinaciones como we che (jóven), pəchi che (chico) al lado de imperativos.
El uso de la palabra se debe sin duda a los gauchos que se mezclaron mucho con los indios. La palabra es sumamente frecuente despues de imperativos como ¡mira, oye, che! aun en la mejor sociedad de Buenos Aires sin ningun sabor ofensivo, sino familiar. El chileno usa en el mismo sentido "¡hombre!"
La forma propiamente chilena, el femenino chei, probablemente es el mismo che mapuche, aunque éste apénas se usa para mujeres en araucano, sino en la combinacion domoche o domuche.
Tambien es estraña la añadidura de la i. He oido que en España se usa chai en el mismo sentido. No sé si está en relacion con el chileno i acaso hai alguna contaminacion con palabra árabe en el fondo, p. ej. zaida 'señora' cp. Dozy Engelmann 362.
La añadidura de virita o vedita es el castellano vidita.
Vidita mia, es la voz de cariño característica para los 'cuyanos'. En Chile hoi no es popular, pero en la Arjentina lo ha sido desde mucho tiempo atras; pues, aun ha dado oríjen a una forma especial de la poesía popular arjentina 'la vidalita', llamada así por el refran:

Ejemplo:
En mi pobre rancho... Vidalita
no existe la calma,
desde que está ausente... Vidalita
el dueño de mi alma.

La palabra vidalita es una formacion hibrida curiosa: cast. vida + diminutivo quechua lla o la + i, terminacion posesiva de primera persona: vi dalai = vidita mia.
Segun la forma primitiva del estribillo vidalai se llamó el baile hace unos cincuenta años en el Norte de Chile. Compárese el pasaje siguiente de Jotabeche 38: "Grandes cuadrillas de mineros a pié de pescuesete con su cada una, i fuertes pelotones de caballeria armados de odres de agua no siempre mezclada con esencias aromáticas, recorren las calles repartiendo