(un dialecto del maya) i el náhuatl. Los 359 artículos del libro en parte ya habian salido a luz en periódicos i sus estrafalarias teorías ya han inspirado los nahuatlismos del Sr. Ferraz. El autor, cuyo retrato adorna la segunda hoja de libro, termina su corto prólogo, "No pido induljencia, sino justicia, al que se tome el trabajo de analizar este libro, porque léjos de arredrarme la critica imparcial, la deseo, porque así podré correjir en ulterior edicion los defectos de que este libro adolezca". Siento decir que me parece difícil correjir los defectos del libro, porque siendo absurdo el procedimiento etimolójico del autor, absurdo es todo el libro. Aunque no se espone estensamente cómo fabricó el autor sus raices quichés con sus significados abstractos, se ve que en el fondo algun trabajo sobre las raices del sánscrito [1] le ha pervertido el criterio. Pero si Ferraz al ménos en jeneral solo analiza voces del nahuatl con sus raices artificiales, Barberena lo analiza todo i todo lo deriva del quiché. Aquí algunos ejemplos:
Abur o agur (el antiguo saludo español, probablemente derivado de augurium=agüero). "Creo que la voz agur se compone de estas dos raices quichés: ah (fuertemente aspirada la h) = "desear", i ur="andar, venir presto"; así es que ah + ur = ajur, i despues agur significa literalmente "deseo vengas presto", es decir "deseo volver a verte pronto" (páj. 8).
Agua: "La palabra agua se deriva del latin aqua, que no es mas que un compuesto de dos raices quichés: a = "agua", i qua "fuente, manantial"; así es que a + qua = "manantial de agua" i por metonimia el líquido mismo que mana de la fuente (páj. 11).
Palta del quechua (véase la palabra en este diccionario) una fruta, Persea gratissima, en Centro-américa aguacate "El vocablo palto o palta, empleado en el Perú i en Chile para designar el aguacate, alude tambien a las virtudes eréctiles del fruto antedicho: se compone de estas dos raices quichés: pal, raiz de paleh
- ↑ Vėase la interesante crítica de estas raices, que nunca han tenido existencia real, en Wilhlem Wundt, Volkerpsychologie I, Die Sprache I 547 i siguientes.