Página:Diez años de destierro (1919).pdf/156

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
154
 

tancia; los hechos probaron que en punto a espionaje era un fatuo. Pero ¿quién no se hubiera asustado de la seguridad con que decía a mis amigos que yo no podría dar un paso sin que me detuvieran los gendarmes?

CAPITULO V

Salida de Coppet.

Pasé ocho meses en un estado indescriptible, poniendo a prueba mi ánimo cada día y acobardándome también cada día ante la idea de la prisión. Todo el mundo la teme, sin duda; pero mi imaginación se asusta tanto de la soledad y tengo tanta necesidad de mis amigos para sostenerme, para animarme y para descubrir perspectivas nuevas cuando estoy a punto de sucumbir bajo una persistente impresión dolorosa, que nunca la muerte se me ha presentado con rasgos tan crucles como la prisión, como el silencio en que puede uno estar años enteros sin ofr una voz amiga.

Me han dicho que uno de esos españoles que defendieron Zaragoza con la más asombrosa intrepidez, no hace más que gritar en el torreón de Vincennes donde está encerrado; hasta tal punto, la soledad es pavorosa aún para los hombres más enérgicos. Por lo demás, no se me podía ocultar que yo no era una mujer valiente; mi imaginación es audaz, pero mi carácter es tímido y los Diz