Página:Diez años de destierro (1919).pdf/188

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
186
 

probablemente, los austriacos han aportado leyes mejores que las que allí existían. Pero un pueblo altivo, y éste lo es en su miseria, no gusta de que le humillen ni aun para hacerle el bien, y los austriacos le han humillado. Han dividido Galitzia en círculos, y cada uno de estos círculos está mandado por un funcionario alemán; algunas veces ocupa este cargo un hombre distinguido; pero casi siempre es un bruto de ínfima categoría, que manda despóticamente a los más grandes señores de Polonia. La Policía, que ha sustituído al Tribunal secreto, autoriza las medidas más vejatorias. Imagínese lo que es confiar la Policía, es decir, lo más sutil y arbitrario del Gobierno, a las manos groseras del capitán de uno de esos círculos. En cada parada de Galitzia, tres clases de personas rodean el coche de los viajeros; los comerciantes judíos, los mendigos polacos y los espías alemanes. Parece que el país sólo está habitado por esas tres clases de hombres. Los mendigos, con sus luengas barbas. y su antigua vestidura sármata, inspiran profunda lástima; es verdad que si quisieran trabajar no se verían en ese estado; pero no se sabe si es orgullo o pereza lo que les hace desdeñar el cultivo de la tierra esclavizada.

Se tropieza en los caminos con procesiones de mujeres y hombres, que llevan el estandarte de la Cruz y cantan salmos; profunda expresión de tristeza reina en su semblante; y cuando recibían, no dinero, sino alimentos mejores que los acostumbrados, miraban al cielo con asombro, como si