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LIBRO I.

la iba tomando de alli poco á poco, de manera que no necesitaba excrementar: ni jamas hubo quien lo viese comer. Hace tambien memoria de él Timéo en su segunda[1]. Dicen algunos que los Cretenses le ofrecen Sacrificios como á Dios. Dicen asi mismo, que tuvo sumo conocimiento de las cosas venideras; pues habiendo visto en Atenas el puerto de Munichîa, dixo á los Atenienses, que no sabian quántos daños les habia de acarrear el lugar aquel; pues á saberlo, lo devorarian con sus propios dientes. Esto predixo tanto tiempo antes que sucediese.

7 Refieren que él mismo se llamaba Éaco: que predixo á los Lacedemonios habian de ser prisioneros de los Arcades: y que aparentó muchas veces que resucitaba. Escribe Teopompo en su libro De las cosas admirables, que quando construía el templo de las Ninfas, se oyó una voz del cielo que decia: Epiménides, no lo dediques á las Ninfas, sino á Jupiter. Tambien predixo á los Cretenses el estrago que los Arcades habian de hacer en los Lacedemonios, segun arriba diximos: y efectivamente fueron derrotados junto á Orcomeno. Añade Teopompo, que envejeció en tantos dias como años habia dormido[2]. Mironiano dice en sus Símiles,

  1. έν τή δευτέρά. El texto no dice mas, y no es facil averiguar qué segunda obra era esta de Timéo, ni aun qué Timéo sea este, habiendo habido muchos.
  2. En 57 dias, como arriba diximos.